Roma. Gaza está a punto de quedarse sin alimentos, agua, electricidad y otros suministros básicos, advirtieron ayer los organismos humanitarios de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que operan en ese territorio palestino sitiado por Israel, e hicieron un dramático llamado para permitir el acceso de insumos vitales.

La situación en la franja de Gaza es desesperada: el suministro de alimentos y agua es limitado y se agota rápidamente, declaró Brian Lander, jefe adjunto de emergencias del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, con sede en Roma.

Estamos proporcionando alimentos a miles de personas que han buscado refugio en escuelas y otros lugares del territorio. Pero se nos van a acabar muy pronto, indicó a Reuters Tv.

Israel anunció el lunes un asedio total a Gaza, bloqueando la entrada de alimentos, combustible y agua en el territorio costero, donde viven 2.3 millones de personas sometidas ya a condiciones precarias, y cerró todos los pasos fronterizos tras el ataque de Hamas del fin de semana.

La gente que busca refugio y se esfuerza por sobrevivir en este entorno sólo va a encontrarse en situaciones cada vez peores a medida que pase el tiempo, afirmó Lander.

Instó tanto a Israel como a Egipto a crear corredores seguros para que el PMA pueda introducir suministros en Gaza y a garantizar que el personal de la ONU trabaje con seguridad en la zona.

El miércoles, la única central eléctrica de Gaza se quedó sin combustible y cerró, dejando sólo luces alimentadas por generadores privados dispersos.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó que el combustible para los generadores de los hospitales de Gaza se agotaría en breve y añadió que sus reservas de ayuda y medicinas dentro de Gaza estaban bloqueadas por falta de un paso seguro.

Sin electricidad, los hospitales corren el riesgo de convertirse en morgues, aseveró Fabrizio Carboni, director regional del CICR. Las incubadoras de recién nacidos, las máquinas de diálisis renal, los equipos de rayos X y más dependen de la energía, dijo.

La agencia de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) reportó que los 13 hospitales del territorio operan de forma parcial debido a la grave escasez de combustible y suministros sanitarios básicos.

Además de sellar la frontera, el ejército israelí ha lanzado ataques aéreos masivos contra el enclave, obligando a cientos de miles de palestinos a huir de sus hogares.

Más 423 mil 378 personas han sido desplazadas y los desarraigos continúan a la par de los bombardeos.

El número acumulado de desplazados internos ha crecido 25 por ciento en las últimas 24 horas, señaló la OCHA, que pidió reunir 294 millones de dólares para los habitantes de la Gaza y de Cisjordania.

Unos 220 mil desplazados se albergan en 92 escuelas de la agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, un organismo que ya cuenta 12 muertos entre su personal.

Además, los bombardeos han arrasado con alrededor de mil viviendas desde el inicio de las represalias el sábado, otras 560 presentan graves daños y están consideradas inhabitables, y más de 12 mil 600 sufrieron daños en la ofensiva de la aviación israelí, detalló la OCHA.