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Cada ser humano tiene algo que brilla en su interior, como una perla; hay que explorarlo: Yamada
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▲ El cineasta japonés presenta una obra de teatro que escribió y dirigió, en el teatro Kabukiza de Tokio.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de octubre de 2023, p. 8

Tokio. Yoji Yamada ha dirigido 90 películas, incluida Tora-san, que encabeza el récord mundial Guinness de la serie de películas de mayor duración protagonizada por el mismo actor. En cada una de las 48 entregas, a partir de 1969, el héroe vendedor ambulante con un corazón de oro se enamora, pero no consigue a la chica.

Recién dirigió una obra de kabuki, forma de teatro musical japonés que data de hace cuatro siglos, excepto que está rescrita y dirigida al estilo Yamada. Con su característica voz de compasión por los desvalidos, nunca ha flaqueado a lo largo de sus siete décadas de carrera.

Debes explorar lo que significa ser humano. Tienes que estar interesado en las personas, en su existencia, en cómo viven, señaló el realizador, de 92 años, con un aspecto frágil, pero vivaz, y un mechón blanco.

Cada ser humano tiene algo que brilla en su interior, como una perla, esa pizca de bondad, expresó en entrevista con The Associated Press en una oficina cerca del teatro Kabukiza de Tokio, donde se proyecta su Bunshichi Mottoi Monogatari hasta finales de este mes.

Yamada admitió que su enfoque de dirección es similar al método de actuación al estilo occidental. Sus actores deben comenzar simplemente existiendo cuando están frente a una cámara, agregó en voz baja, deteniéndose para reflexionar antes de responder cada pregunta.

Los actores que se creen buenos son los que le resultan más difíciles. Empiezan a actuar cuando simplemente necesitan ser.

Hasta hace poco, kabuki sólo era protagonizado por hombres. Yamada precisó que los actores tendían a ser teatrales y no muy metódicos, pero escribió nuevas escenas y líneas, añadió una mujer al elenco y se centró en los personajes femeninos para representar la historia de Chobe, un hábil yesero que ha sucumbido al juego. Ha vendido o empeñado casi todo lo que hay en su casa; ha quedado reducido a su ropa interior.

La hija del protagonista se ofrece a un burdel para saldar las deudas de su padre. El propietario le entrega el dinero a él y le promete que su hija será sirvienta, no prostituta, siempre y cuando devuelva los recursos en un año.

Al caminar hacia su casa por la noche, se topa con un hombre que está a punto de saltar de un puente. Acaba de perder el dinero de su empleador y está decidido a suicidarse para expiar su error.

Chobe da sus monedas al joven y le dice que la vida es más preciosa que el dinero.

Es una historia conmovedora sobre cómo incluso un perdedor puede tener momentos heroicos y hacer lo correcto. El clásico, escrito originalmente por Encho Sanyutei, narrador de rakugo al estilo Edo, e interpretado innumerables veces por leyendas del kabuki, hace que el público ría, aplauda y llore.

La misma historia que ha contado en sus filmes

La versión de Yamada resuena con la misma historia humana que ha contado en sus películas.

Su portafolio cinematográfico abarca una variedad sorprendentemente amplia de géneros, incluyendo The Twilight Samurai, postulada al Óscar; su reciente It’s a Flickering Life, un homenaje al cine ambientado en una humilde sala de cine, y El pañuelo amarillo, historia de amor sobre un convicto fugitivo, la cual es una de las favoritas entre los japoneses.

Con su enfoque en la comedia y el entretenimiento de masas, Yamada se ha desviado del camino de la aclamada nueva ola japonesa, que incluye a directores como Nagisa Oshima de In the Realm of the Senses y Masahiro Shinoda, quien dirigió Ballad of Orin, obras que se centraron en los temas más oscuros de la sexualidad y la brutalidad social.

Yamada ha evitado las escenas sangrientas y las X con tanta vehemencia como se ha mantenido alejado de la acción espectacular y las persecuciones de autos.

Sus cineastas occidentales favoritos son Charles Chaplin, Billy Wilder, Sian Heder y Alexander Payne. Le encantaría trabajar con este último y otros artistas de Hollywood, expresó con una sonrisa.

En sus años más recientes, abrazó la realización cinematográfica de Yasujiro Ozu, cuyo estilo claramente sobrio, en su juventud él solía sentir que le faltaba.

Ahora, piensa en Ryu Chishu, elegido con frecuencia para las películas de Ozu y Yamada, como el actor perfecto.

El proceso creativo en el cine requiere paciencia, como una gallina empollando sus huevos, según Yamada, en alusión a las enseñanzas de Mansaku Itami, autor que lo precedió.

Cuando nace el pollo, simplemente sucede, sin ningún truco o planificación inteligente. Todo lo que uno hace es esperar.

Yamada trabaja en una adaptación teatral de Tokyo Story, de Ozu, que explora los lazos familiares y la alienación urbana a través de la visita de una pareja rural a sus hijos adultos.