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Haití: pandilleros ejercen control con violaciones y reclutamiento forzado

La crueldad excesiva de las bandas criminales se ensaña con los niños y las mujeres de Puerto Príncipe

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▲ A mediados de abril, al menos 49 mujeres fueron vejadas por elementos del G9 cuando intentaban escapar de un ataque contra la población de una zona marginada en Puerto Príncipe. En imagen de enero de este año, personas pasan una barricada en la capital haitiana que levantó la policía en protesta por la indiferencia frente al asesinato de 14 agentes.Foto Ap
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Periódico La Jornada
Martes 3 de octubre de 2023, p. 14

Puerto Príncipe., Las masacres, los secuestros y el incendio de casas no son las únicas armas que las bandas en Puerto Príncipe usan para aterrorizar a la población. Las violaciones de niñas y mujeres, así como el reclutamiento forzado de niños, son prácticas comunes en los barrios metropolitanos de la capital haitiana donde los pandilleros ejercen el control con violencia despiadada, muchas veces protegidos por políticos y autoridades.

El cuerpo de las mujeres se ha convertido en territorio de guerra, de acuerdo con Tamar-Michèle Brody, activista de la Solidaridad de las Mujeres Haitianas (SOFA, por sus siglas en créole). Su organización ha documentado que las pandillas han dividido el país en territorios, imponiendo violentos peajes a las personas que cruzan estas zonas. Los autobuses son detenidos rutinariamente y las mujeres son llevadas para ser violadas por pandilleros.

La Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (Binuh) indica en un reciente reporte que las pandillas utilizan la violencia sexual, en particular la violación en grupo y la mutilación, para sembrar el miedo y castigar a las poblaciones bajo el control de sus rivales.

“A mediados de abril, durante un ataque contra la población de Brooklyn –en la comuna de Cité Soleil, una marginada zona de Puerto Príncipe que es controlada por la violenta federación de pandillas llamada G9–, al menos 49 mujeres fueron violadas por elementos del G9 y aliados, en una zona conocida como ‘Dèyè Mi’ cuando intentaban escapar de la violencia armada. Después de ser violadas, siete de las víctimas fueron asesinadas y sus cuerpos arrojados en un sitio abandonado”, refiere el organismo internacional.

Prophete Alta, del Movimiento Campesino de Papay (MPP), una de las organizaciones sociales más destacadas del país, narró a este diario durante una visita a la escuela de formación política que tienen en la comuna de Hinche, a unos 100 kilómetros de Puerto Príncipe, que en los últimos meses han recibido a mujeres que denuncian haber sido violadas por grupos de siete a 10 pandilleros.

Los niños son el otro grupo más vulnerable a la situación que atraviesa el país. Binuh ha señalado que el reclutamiento de niños por parte de pandillas sigue siendo particularmente preocupante.

Señaló que en el primer trimestre del año se entrevistó con menores de entre 15 y 17 años de edad que describieron con detalle su vida diaria en las pandillas, incluida su participación en el seguimiento de los entornos operativos de las pandillas, secuestros y robos (incluido cómo disparaban a personas que se negaban a cooperar).

La ONU indica que las pandillas reclutan niños por la fuerza y si se niegan son amenazados con represalias contra sus familias. La falta de perspectivas socioeconómicas, el acceso a una vida percibida como más atractiva y las dificultades para seguir un plan de estudios escolar son las principales razones que explican la incorporación de niños a pandillas, según Binuh.

A principios de septiembre inició el ciclo escolar, pero docentes haitianos dijeron que no había condiciones para el regreso a las aulas. Los padres y maestros tienen miedo de ir a la escuela porque se exponen a un secuestro o a la violencia de las bandas, los edificios de los colegios de distintas comunas están siendo usados como refugios por miles de desplazados que han tenido que abandonar sus hogares por la acción de las pandillas, y la falta de instituciones limita el funcionamiento del sistema educativo.