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La marcha de la economía estadunidense: la novena
L

os gobiernos incurren en déficit presupuestal cuando los egresos por concepto de gasto público exceden los ingresos por impuestos, contribuciones, aportaciones a la seguridad social y transferencias –indica la Oficina del Tesoro en Estados Unidos–, y en superávit –agrega nuestro amigo Perogrullo– cuando los ingresos superan a los egresos.

En un recuento desde 1929, el gobierno de Estados Unidos ha experimentado déficit en 83 años y ligero superávit en 11 años, con graves momentos, desfavorables, críticos y dramáticos. ¡Las terribles guerras, sin duda! Oficialmente se reconocen tres periodos graves. De 1942 a 1946 y, más concretamente, en 1944 y 1945 con dos de los déficits más severos de su historia: -12.7 por ciento y -13.5 por ciento, respectivamente. Siempre respecto a su producto interno bruto. Este último, por cierto, en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, pero hay un año particular en el que se ha registrado el mayor déficit de la historia, similar al de las épocas de guerra.

Sí, efectivamente, se trata del año 2020 –año covid– con 14 por ciento de déficit gubernamental. Acaso menos graves, pero también sorprendentes, los años 1975 y 2010 con déficit de -5.8 y -8.8 por ciento, respectivamente. El primero, en el marco de una serie anual de déficits del orden de casi -4.0 por ciento en promedio, serie que inició en 1970 y concluyó en 1997. Y el segundo –con promedio de -8.4 por ciento– en la larga serie que inició en 2001 y que aún no concluye.

Sí, más de 20 años con egresos superiores a los ingresos, compuestos hoy de impuestos (60 por ciento), contribuciones y aportaciones a la seguridad social (35 por ciento) y transferencias (resto de ingresos), y que en parte explican el altísimo nivel al que ha llegado la deuda actual de nuestros vecinos, casi equivalente a cuatro veces su producto.

Démonos una idea de la dimensión. Un punto porcentual del producto reconocido como déficit representa un endeudamiento del orden de 250 mil millones de dólares. El producto mexicano es del orden de cinco a seis puntos porcentuales del producto estadunidense. En 2022, el producto de México estimado en dólares con el tipo de cambio promedio (20.2787 pesos) fue del orden de mil 300 miles de millones de dólares.

En el mismo año, el producto estadunidense fue del orden de 25 mil 463 miles de millones de dólares. Así, un punto porcentual del producto vecino de déficit equivale a 250 mil 463 millones de dólares, un quinto del producto mexicano. En consecuencia, cuando su déficit es –como lo fue en 2020 ,de 15 puntos de su producto– su insuficiencia presupuestal fue equivalente a tres veces la economía mexicana. Solamente un año.

El déficit acumulado representa–sin lugar a dudas– dimensiones dramáticas. Se reconoce en el monto global de la deuda, no lo olvidemos, casi cuatro veces su producto. Y esto se traduce, evidentemente, en un peso muy relevante del pago de intereses en los egresos gubernamentales, en detrimento de los otros rubros sostenidos por dichos ingresos. Dramáticamente, entre 1976 y 1990 los egresos destinados a pago de intereses subieron –incluso con la tasa de interés en descenso– de uno histórico cercano a 12 o 13 por ciento del presupuesto, a niveles superiores a 20 por ciento del presupuesto, llegando en 1989 y 1991 al máximo histórico de 22 por ciento. Con gravísimas consecuencias sociales y con la rentabilidad general estancada. Dramática situación de los vecinos. Nos lo recuerda un estimado lector, investigador de nuestra UNAM en un interesante ensayo que comentaremos pronto. Como comentaremos lo que significa que nosotros –para bien y para mal, diría Galbraith respecto al déficit, parafraseando a Keynes– estemos vinculados a este déficit. Lo veremos. De veras.

NB: Honor a Chuche Maldonado sj, uno de los valientes fundadores del Centro Pro que honra nuestra dignidad. Descanse en paz.