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Ciudad perdida

Sin control, la interna de Morena

C

omo ya habíamos comentado desde hace un muy buen rato, la elección en la ciudad se está complicando y no precisamente porque la oposición signifique un peligro, sino porque en Morena no hay acuerdos entre quienes buscan representar a la organización en la justa por la Presidencia de la República.

Mientras al otro lado se duda de que Foxchitl pueda seguir como candidata, porque se desinfló tan rápido como se infló, y el rechazo a ella aumenta día con día, incluso dentro de los partidos que aún la apoyan; se discute, y muy en serio, que sea otra X la que se beneficie de los multimillonarios gastos que se han hecho para apoyar a quien ya no aguanta el peso de la bandera opositora.

Así en la esquina de Morena, en la Ciudad de México, las cosas no van bien y hay quien asegura que ya se salió de madre el proceso, cosa que se había tratado de cuidar hasta en los más pequeños detalles.

La idea, nos contaron, era llevar a un solo candidato a la pelea. Encuestas previas y mediciones de otro tipo serían factor real para decidir desde antes de la consulta definitiva, porque se trata de medir la fuerza de Morena frente a otros.

La inclusión de López-Gatell en la lista de los posibles ha levantado polvaredas. La pregunta que muchos se hacen es ¿qué sector de la población podría apoyar al subsecretario? Clase media y gente sin recursos, nos aseguran, puede ser el segmento que vaya a favor del médico.

¿Y de dónde sacaría los votos? No se piensa que de López-Gatell. La posibilidad de que se apropie de votos de los candidatos más fuertes no parece muy real, aunque a decir verdad hay datos fuertes que hablan de que algunos de los inscritos no tienen una base tan fuerte y que militan más que nada por interés u obligación.

Los otros, los convencidos, han hecho muy claras sus preferencias en las encuestas que se publican constantemente y que se usan sólo para orientar el trabajo. Lo que sí es verdad es que hay un grupo desde el Zócalo que tiene preferencias y eso no se vale, cuando menos no públicamente, porque para empezar confunden y el Presidente de la República no tiene preferencias.

La situación debe quedar más que clara. El presidente López Obrador no tiene preferencias, así que ninguna manifestación que se haga y parezca un signo de que el primer mandatario va con algún precandidato es mentira, una patraña y no más.

Por cierto, en el cuartel general de García Harfuch sólo se ven sonrisas, más que exceso de confianza hay gusto por la competencia y por las ideas que se vierten para hacer de su participación algo más que un evento de sello político. Vamos a ver cómo les va.

Total, por el momento, los reflectores apuntan a la Ciudad de México. Ya veremos hasta qué punto se logran atender y entender que la ciudad no se puede gobernar bajo capricho, la Ciudad de México es algo más.

De pasadita

Resulta que el gobierno actual decidió poner orden en la ola de motociclistas que invaden, a mañana, tarde y noche las calles, las banquetas y cualquier espacio por donde pueda caber su vehículo.

Llevar casco protector, por ejemplo, cuando menos no es un capricho del gobierno, es una obligación que salva vidas. Sí, ya está en vigor una serie importante de reglas que deberían estarse cumpliendo en las calles de la ciudad, pero esto es simplemente imposible, los agentes de tránsito destacados por la tarea son tan pocos que simplemente no hacen nada frente al fenómeno.

Será bueno, por ejemplo, saber el número de ilícitos que se cometen desde una motocicleta. Se va haciendo costumbre que este gobierno, el actual, se vuelva inútil frente a los problemas que padece la ciudad, pero como decían en mi tierra: no se puede pedir al olmo que dé peras, es inútil.