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La ocupación militar de la colonia Rubén Jaramillo
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l 28 de septiembre se cumplieron 50 años de que el Ejército Mexicano desarticuló el proyecto autogestivo de la colonia proletaria Rubén Jaramillo, en Temixco, Morelos. En un caso insólito de la historia contemporánea nacional, el poblado estuvo ocupado por los militares hasta 1980. Este artículo se propone reconstruir estos sucesos. Para lograrlo, expone la ocupación militar del poblado, las protestas sociales que este hecho suscitó y los efectos que la ocupación militar causó en la organización de la Rubén Jaramillo.

La madrugada del 28 de septiembre de 1973, tropas de la 24 Zona Militar y policías de Morelos reprimieron y ocuparon la colonia proletaria Rubén Jaramillo. Soldados y agentes saquearon las chozas, con el pretexto de que se escondía gente y arsenal del dirigente del Partido de los Pobres, Lucio Cabañas Barrientos. El periodista Francisco Ortiz Pinchetti, en el mejor artículo sobre la Rubén Jaramillo, consignó las palabras del viejo Eleuterio: Las mujeres sí se les querían poner a los federales. ¡Pero puros palos y piedras tenían las condenadas viejas! Y así, ¿cuándo?... Eso sí, los insultaron hasta que se cansaron.

Las tropas rodearon la colonia, dispararon a un integrante de la guardia nocturna del poblado; cuando los habitantes respondieron a la alarma, ya estaban los militares cateando domicilios. Así, sacaron de sus casas a los integrantes del comité de lucha y a los delegados de las 60 manzanas en que estaba organizada la colonia. Detenían a quienes consideraban sospechosos, eran tirados al suelo a golpes, después eran trasladados en camiones al Campo Militar Número Uno.

El periodista Julio García, de la revista Por qué?, señaló que se mantuvo un cerco militar hasta las 10 de la mañana del 29 de septiembre, deteniendo e interrogando a cualquiera que intentara salir o entrar a la colonia. Mientras, en el poblado el Ejército instaló un cuartel y por medio de rondines vigilaba que no se alterara el orden. Por medio de un reporte de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) sabemos que: “Elementos del 63 Batallón de Infantería, al mando de un mayor, se encuentran destacamentados en las instalaciones donde fueron las oficinas y ‘cuartel general’ del comité de lucha; se efectúan servicios de rondín periódicamente por las calles”.

El 29 de septiembre, en Cuernavaca se improvisó un mitin frente al palacio municipal y ante 500 personas hablaron un colono y dos estudiantes. Denunciaron las arbitrariedades cometidas contra los habitantes de la Rubén Jaramillo. Repartieron volantes en los que exigían la libertad de los detenidos en el Campo Militar Número Uno.

El sector obrero se sumó a las protestas, el Frente Sindical Independiente de Cuernavaca telegrafió al gobernador de Morelos, Felipe Rivera Crespo: Protestamos cerco militar y ataques col. Rubén Jaramillo. Los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) activaron acciones urgentes relacionadas con la contrainformación por medio de volantes y pintas en los alrededores de Ciudad Universitaria. Según la DFS, entre las pintas se podía leer: En Chile Pinochet en México Echevería. Fuera Ejército de la Col. Proletaria Rubén Jaramillo.

Las protestas presionaron al gobierno para que accediera a trasladar a los colonos secuestrados en el Campo Militar Número Uno a la cárcel de Chilpancingo, Guerrero. Desde entonces, los colonos llevaron un seguimiento legal de sus acusaciones. Recuerda Pedro Medrano Mederos: Supe en lo particular que el nombre de los que estuvimos presos en el Campo Militar Uno, estaba en la torre de la UNAM, en la torre grande y que ahí decía: ¡Fuera presos políticos!, y entonces ya el gobierno no tuvo más que sacarnos y llevarnos a la penitenciaría de Chilpancingo.

Paralelamente a la ocupación de la Rubén Jaramillo, intervino un representante del Ejecutivo federal, el ingeniero Alfonso Olvera, quien supervisó proyectos integrales para la comunidad, que estaban coordinados por técnicos del Instituto Nacional para el Desarrollo Cooperativo, de la Comisión Federal de Electricidad, de los organismos del gobierno de Morelos y tropas del Ejército. Así, trabajaron en cuatro rubros: vivienda y reconstrucción urbana de la colonia, salud, educación y servicios. Ese asistencialismo formó parte de un modelo contrainsurgente que apostó al control de la colonia.

La ocupación militar modificó el sentido de la organización de la ahora colonia Rubén Jaramillo (le quitaron el adjetivo proletaria). La asamblea general, máximo órgano de decisiones, presentó cambios, pues comenzó a ser presidida por mandos militares. Fue hasta 1980 que el Ejército salió. Ya había cumplido su misión: lograr que la solidaridad y organización practicadas por los colonos se diluyeran con el paso del tiempo.

*Historiador de la UMSNH y autor del libro El poder viene del fusil.