Martes 19 de septiembre de 2023, p. 23
Washington. Desde que la Fed se reunió por última vez en julio, la economía va por la dirección que sus funcionarios deseaban: la inflación ha cedido –aunque no tanto como esperaban muchos estadunidenses–, el crecimiento económico va por buen camino y el mercado laboral está enfriándose.
Cuando se reúnan de nuevo esta semana, lo más probable es que los funcionarios decidan que pueden esperar a ver si la tendencia de mantiene. Por lo tanto, es casi seguro que no modifiquen la tasa de interés referencial cuando concluya el encuentro el miércoles.
Aunque se congregarán en medio de una huelga de trabajadores de la industria automovilística, un posible cierre del gobierno federal y pagos de préstamos estudiantiles que plantean nuevos riesgos para los consumidores.
La disminución de la inflación sugiere que el banco central estadunidense está llegando a la cúspide de la serie de aumentos de tasas que comenzó en marzo del año pasado. La institución aumentó las tasas a un ritmo más rápido en cuatro décadas, lo que encareció el crédito para negocios y particulares.
Para los inversionistas y analistas, la interrogante es qué viene ahora. La persistencia de las presiones inflacionarias se hizo evidente en dos reportes del gobierno emitidos la semana pasada, lo que añade algo de incertidumbre a las proyecciones.
Claudia Sahm, ex economista del banco, declaró creer que un aterrizaje suave
–en que se logra domar la inflación si causar una recesión– sigue siendo posible. Pero al mismo tiempo advirtió que la inflación podría seguir siendo más alta de lo que calcula el banco. O, sugirió, el efecto acumulado de los 11 aumentos de las tasas de interés podría empujar la economía hacia una recesión.
Estamos en un punto en que la situación podría ir en varias direcciones
, destacó Sahm. Los funcionarios de la Reserva Federal reaccionarán según las circunstancias lo ameriten
.