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Huelga

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Es hora de escoger un lado. O estás con la clase multimillonaria o estás con la clase trabajadora, declaró a sus agremiados Shawn Fain, nuevo presidente de la UAW electo hace seis meses, poco antes de estallar la huelga.Foto Afp
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uando el sindicato de trabajadores automotrices (UAW) declaró el comienzo de una huelga a primera hora del viernes pasado, no fue una huelga cualquiera. Es un ya basta.

Es la primera vez que ese sindicato nacional se atreve a estallar en huelga contra todas las tres principales empresas automotrices del país, al mismo tiempo (aunque la estrategia es empezar con huelgas en tres plantas con 10 por ciento de los trabajadores y después ir ampliando si las negociaciones siguen estancadas), y también es un anuncio de una nueva postura más militante.

Las demandas del sindicato al negociar un nuevo contrato colectivo para casi 150 mil de sus agremiados en fábricas de Ford, General Motors y Stellantis son 40 por ciento en incremento salarial en los próximos cuatro años y una semana laboral de 32 horas, entre otras. Implican el fin de décadas de demandas condicionadas por la ofensiva neoliberal, que incluyó el debilitamiento del poder sindical tanto económica como políticamente en este país, al reducir la tasa de sindicalización de Estados Unidos a sólo 10.1 por ciento.

Las empresas automotrices, entre otras, registraron ganancias récord que aumentaron 65 por ciento en los últimos cuatro años, mientras los salarios de sus trabajadores sólo subieron 6 por ciento en ese tiempo –de hecho, los salarios reales de trabajadores automotrices se han desplomado en 30 por ciento desde 2003, según cifras oficiales. Con esta huelga, Shawn Fain, el nuevo presidente de la UAW electo hace seis meses, está dejando claro un hasta aquí. Este es el momento de definición de nuestra generación. El dinero (de las empresas) está ahí, la causa es justa, el mundo nos está observando, declaró a sus agremiados poco antes de estallar la huelga. Es hora de escoger un lado. O estás con la clase multimillonaria o estás con la clase trabajadora.

Este nuevo tipo de liderazgo de la UAW tiene que ver, en parte, por una nueva ola de activismo sindical por todo el país, retando cuatro décadas de políticas neoliberales, pero también por cambios dentro del movimiento laboral impulsado por nuevas generaciones de trabajadores jóvenes dispuestos a desafiar las viejas reglas. En el UAW, después de un escándalo de corrupción entre su cúpula nacional, por primera vez sus líderes serían electos de manera directa por sus bases, y no a través de delegados en una convención. Es en este contexto que surge Fain, con su mensaje urgente de forjar una nueva relación entre trabajadores y empresas.

Ahora, el UAW, que nace de las movilizaciones laborales históricas de los años 30 en medio de la Gran Depresión, de repente comparte su lucha junto con otros gremios muy diferentes, como el caso de los actores de cine y televisión y los guionistas que ya han estado en huelga durante semanas, con trabajadores de hoteles, enfermeras en hospitales, transportistas y sobrecargos como nuevos gremios en empresas como Amazon y Starbucks que aun ni tienen su primer contrato colectivo y que colectivamente están fomentando una nueva ola de democratización económica de este país.

“La lucha que están logrando es una lucha contra la indignante avaricia empresarial y arrogancia…. Rehusamos vivir en una oligarquía… donde tan poco tiene tanto y tantos tienen tan poco”, declaró el senador Bernie Sanders, en un discurso en la sede del sindicato en Detroit al iniciar la huelga.

Pero hay advertencias por expertos en asuntos laborales de que el UAW está apostando a un juego muy riesgoso, ya que si no logran obtener algo que podría ser calificado de triunfo sería un revés potencialmente devastador para el movimiento laboral.

Pero por ahora, los trabajadores están hartos, ante ejecutivos en jefe que ganan en promedio más de 300 veces que ellos, que tienen salarios mayores a 25 millones de dólares anuales y ofrecen demasiado poco.

Y las mayorías del país están de acuerdo: siete de cada 10 estadunidenses aprueban los sindicatos y, en el caso automotriz, tres de cada cuatro están del lado del UAW en sus negociaciones, según encuestas de Gallup.

Es un ya basta apoyado por la gran mayoría del país.

Billy Bragg & Wilco. Union Prayer. https://open.spotify.com/track/0dwr1csry2W9vb3PF1nOHq?si=886f85ea289b4daf