o que faltaba: ¡Rusia tomó el Zócalo de la Ciudad de México! y López Obrador no sólo lo permitió, sino que lo aplaudió justo en la conmemoración del 213 aniversario del día patrio, lo que confirma que al mandatario no le bastó recibir al submarino de aquella nacionalidad que al puerto de Veracruz le llevó el oro de Moscú ni insacular a sus paisanos con el virus del comunismo por medio de la vacuna Sputnik, sino que ahora confirma que su objetivo siempre fue la invasión roja. ¡Qué antipatriota!, grita la derecha autóctona: ¡los bolcheviques tomaron el corazón del país, y el Presidente tan campante!

Esa es la esquizofrénica versión que difunde la cretina, en grado sumo, y desmemoriada derecha que opera en el país, luego de que el pasado sábado, a invitación del gobierno mexicano, representaciones militares de 19 naciones marcharan por el Zócalo como parte de las festividades del día patrio, algo que, dicho sea de paso, no es la primera ocasión que sucede, pero como esa derecha ridícula es selectiva y sólo recuerda lo que le conviene, pues cómodamente olvida que en 2010 Felipe Calderón extendió la misma invitación –rusos incluidos– para que, entonces, las representaciones militares de 16 países participaran en la celebración oficial del bicentenario del inicio de la Independencia mexicana.

Y en esa ocasión, los gritones de hoy aplaudieron como focas (por cierto, en el balcón central de Palacio Nacional, a la siniestra de Borolas también celebraba el entonces intocable Genaro García Luna, al que los conservadores adoraban), incluyendo al contingente de Estados Unidos que en aquella celebración sí participó. Entonces, según los herederos de aquellos mexicanos opositores a Benito Juárez que ofrecieron a Maximiliano de Habsburgo la corona de México, la patria está en peligro, porque el comunismo ruso marchó en el Zócalo (de las 18 representaciones militares restantes no hicieron mayor comentario). ¡Qué brillantes son esos descendientes!

El 16 de septiembre de 2010 en el Zócalo capitalino marcharon elementos del mismo contingente ruso que lo hizo en igual fecha pero de 2023: representantes del Regimiento Preobrazhenskiy, creado en 1691 bajo el reinado del zar Pedro el Grande. Ahora, la embajada de Rusia en nuestro país subrayó: es un honor participar en un evento tan importante para el pueblo mexicano. ¡Viva la amistad entre México y Rusia! ¡Viva México! Pero no: la estrechez mental de la rancia cuan cretina derecha autóctona sostiene que no es lo mismo que lo mesmo y que el comunismo se apoderó de nuestro país, dejando de lado que el 16 de septiembre de 2010 participaron 16 representaciones militares.

La crónica de La Jornada (Rosa Elvira Vargas y Jesús Aranda) del 16 de septiembre de 2010 señala: el convoy encabezado por el vehículo presidencial fue recibido en el Zócalo, al pasar frente al edificio del gobierno capitalino, con sonoros chiflidos, señas obscenas y mentadas. Se alcanzaron a escuchar fuertes, también, los gritos de ¡culeeero, culeeero! En singular. Ya en el desfile, y en un hecho inédito, marcharon tropas extranjeras. Fueron secciones de 35 elementos que se presentaron por orden alfabético y provenían de Alemania, Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Chile, China, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Nicaragua, Perú, Rusia y Venezuela. A simple vista, la marcialidad de rusos y chinos fue superior al resto, y mucho más que en el caso de los estadunidenses, cuyo grupo de comando ni siquiera llevaba el paso.

Además, desde marzo de 2010, las secretarías de la Defensa Nacional y la de Marina fueron designadas por Felipe Calderón para girar, cada una por su lado, las invitaciones respectivas, según el grado de afinidad con las fuerzas armadas de otras naciones. En el caso de Estados Unidos el asunto se sigue con especial cuidado por los gobiernos de ambos países, los cuales mantienen en reserva todo lo relacionado con una eventual participación de los soldados de aquel país ( La Jornada, Jesús Aranda), que se robó la mitad del territorio mexicano.

Las rebanadas del pastel

Lo que esa derecha cretina, ridícula y desmemoriada no sabe es que desde hace años México tomó la Plaza Roja de Moscú, pues recurrentemente bandas musicales de las fuerzas armadas de nuestro país participan exitosamente en el Festival Internacional Torre Spásskaya, al grito de Да здравствует Мексика, ублюдки! Claro, es plan con maña, porque su único objetivo es infiltrarse para inyectar a los rusos el virus de la 4-T.

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