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Ceguera y deficiencias visuales son la segunda causa de discapacidad

Beneficiarios de cursos de masoterapia agradecen apoyos para valerse por sí mismos

 
Periódico La Jornada
Domingo 17 de septiembre de 2023, p. 11

Rodolfo Geraldo vivió la mayor parte de su vida como una persona normovisual. Eso cambió hace cuatro años cuando quedó ciego. Tenía 28 años. Fue por hacer esfuerzo de más en el gimnasio; se me desprendió la retina. Cargué peso de más y lo hice mal. Al momento levantarme con el aparato se generó mucha presión en la cabeza y me tronaron los ojos; perdí la vista, recuerda.

Tras el incidente su vida cambió radicalmente, pasó de ser una persona independiente a regresar a vivir con sus padres. Fue muy difícil, tenía tres trabajos, manejaba, tenía casa, me valía por mí mismo. Luego supo de la Escuela Nacional para Ciegos, dependiente de la Secretaría de Educación Pública, y se trasladó desde La Paz, Baja California Sur, a la Ciudad de México.

Aquí me vine a rehabilitar y a lo nuevo; acá no tenía ni familia ni a nadie. Ahora sí que me vine a ciegas (bromea). No sabía andar en la calle ni nada del mundo de los ciegos, ni del bastón, tampoco conocía el lector de pantalla de los celulares. Aquí me enseñaron, ahora pareciera que nuestros ojos sirven, comenta junto a sus compañeros de la carrera técnica-profesional de masoterapia, Rocío Esquivel y Jesús Burgos.

En México hay más de 2.2 millones de personas con deficiencias visuales y más de 415 mil con ceguera. A escala global son más de 253 millones y 90 por ciento de los casos se presentan en los países más pobres. En México el 15 de octubre es el Día Nacional de las Personas Ciegas y con Discapacidades Visuales. Estos problemas son la segunda causa de discapacidad en el mundo y en el país.

Rocío, de Zitácuaro, Michoacán, tiene retinosis pigmentaria, una enfermedad progresiva. Sus tres hermanos la padecen y el mayor ya quedó ciego. Cuenta que desde que iba en la primaria no veía bien, ya ha aumentado bastante. Veo como 10 por ciento, alcanzo a percibir un poco los rostros, pero hay veces en que se agudiza la mala visión y sólo veo borroso, como si hubiera neblina o humo, y no alcanzo a percibir casi nada.

En la Escuela Nacional de Ciegos, donde cursa los últimos semestres de masoterapia, dice que le enseñaron a independizarme. Antes de entrar aquí no sabía de las cualidades que tiene el bastón, que puede ser uno casi independiente. Ahora soy una persona más segura y puedo andar en la calle sin problemas.

Jesús, proveniente de Guerrero, nació con Síndrome de Usher tipo II, que implica problemas de visión y audición. También usa un aparato auditivo. La retinosis pigmentaria, secundaria a su padecimiento, es progresiva. A veces se agudiza más la mala visión, veo como con neblina y en otras ocasiones es más claro. Se me dificulta ver los rostros.

Los tres, por ser alumnos foráneos, son beneficiarios en la Escuela Nacional para Ciegos de los servicios de dormitorio, comedor y lavandería. No nos cobran nada, ni cuotas, sólo costeamos nuestros útiles y uniformes, comentan.

Jesús invitó a otras personas que tengan los mismos problemas visuales que vengan a inscribirse a masoterapia. Tenemos materias de anatomía, fisiología, fisioterapia y farmacología. Son seis semestres, más el servicio social y un año inicial de taller de orientación y movilidad para aprender a andar en la calle. Con esta carrera podemos ganar nuestro propio dinero y ser independientes.

Coincidieron en que la experiencia, en la escuela y en la ciudad, ha sido positiva; les da posibilidades de valerse por ellos mismos y destacaron la existencia de una cultura de ayuda a las personas discapacitadas y la existencia de infraestructura para ciegos y débiles visuales, como las guías (líneas), a través de éstas nos conducimos con el bastón.