De programas realistas
ada podría darnos más felicidad, a millones de mexicanos, que fuese el presidente Andrés Manuel López Obrador quien decretara, antes de su partida, un programa parecido a lo siguiente:
1. Convocar en el más breve plazo a una inscripción de personas comprometidas con las acciones tendientes a proteger el medio ambiente y las soberanía y autosuficiencia alimentarias, desde la preservación, práctica y ampliación de los policultivos tradicionales.
2. Elaborar un cuestionario apto para seleccionar las candidaturas de, en primer lugar, las personas conocedoras y practicantes de dichos cultivos en cualquier sitio de la República Mexicana y, en segundo lugar, escoger a los especialistas en el tema y la práctica de las milpas prehispánicas que también sean conocedores de su actual localización territorial y de los problemas prácticos que enfrentan para mantenerse activas.
3. Con ayuda de los seleccionados, establecer un mapa con la ubicación, características y necesidades concretas de las áreas reconocidas y sus cultivadores.
4. Antes o simultáneamente, abrir una fuente de ingresos y egresos para llevar a cabo el programa que podría llamarse Para consolidar al país, recuperar sus milpas con alma de maíz. Porque el maíz NO es lo único que se cultiva en una milpa.
5. Establecer las necesidades legales para la ratificación o nueva asignación y forma de tenencia de la tierra disponible, en concordancia con las comunidades y sus autoridades. Facilitar el acceso a los recursos mediante los Bancos del Bienestar.
6. Abrir una escuela teórica y práctica, tal vez de la red de las universidades Benito Juárez (BJ), que se llame Universidad de las Milpas BBJ, donde se rescaten los conocimientos ancestrales en vías de desaparición –desgraciadamente por el término de vida de sus depositarios– y que el ingreso de nuevas generaciones no implique la imposición de prácticas, técnicas e insumos modernos
. Reaprender la madre milpa, debería ser su lema.
7. Legislar en la Constitución la prioridad de la milpa prehispánica, sobre todo los cultivos que comprendan algunos de los elementos que constituyen a ésta y, para ello, invertir en caminos, almacenes, refrigeración y transportes desde el origen de los productos hasta los mercados locales y nacional. Pues esta práctica podrá sanear la oferta alimentaria y recuperar la salud del pueblo mexicano.
8. Ayudar financieramente a los campesinos milperos para el desarrollo de sus policultivos, de su acondicionamiento y comercialización de excedentes, de modo que, al ocupar la mano de obra necesaria para el programa, empiece a detenerse la expulsión de los mexicanos hacia las ciudades nacionales y el extranjero.
9. Con el tiempo, abrir mercados locales a lo largo de toda la República Mexicana para la comercialización de los excedentes del campo mexicano y, de este modo, obtener realmente la autosuficiencia, primero, y enseguida la soberanía alimentaria. Sin por ello renunciar a los polos agrarios de producción de elementos para la exportación o el intercambio con otros países. Apostar al progreso virtuoso que impida y haga retroceder la destrucción de la naturaleza y el cambio climático.
10. El lema de este programa podría ser: Por el bien de la humanidad, primero los policultivos en todos los confines de la Tierra.
¿Qué más necesitamos para empezar un programa como éste en México? Que los partidarios de la modernidad agrícola, el mercado y el neoliberalismo se hagan a un lado y permitan que las corrientes humanistas universales y, en primer lugar, el Humanismo Mexicano, tomen la palabra y dejen el poder de decisión en la aplastante mayoría de la humanidad, agobiada por las predicciones sobre el futuro que espera a nuestros descendientes. No hacer nada AHORA, cuando tenemos el poder inteligente de nuestro lado, significaría no merecer dicho poder delegado por la inmensa mayoría, y no sólo del pueblo mexicano, sino de la humanidad desorientada y angustiada. Pongamos el ejemplo.
Ya se puede acceder y colaborar en la página www.cruzadaporlamilpa.com.mx