el deber serde las mujeres
La compañía Danzariega se sumerge en batallas de autodescubrimiento para encontrar la esencia propia
Jueves 14 de septiembre de 2023, p. 3
Frente a lo que por muchos años ha sido la tradicional danza folklórica, que representa los regionalismos del país y que se aprecia como una manifestación artística-decorativa, en la que la figura de la mujer se suele limitar a ser admirada, coqueta y bonita, la compañía Danzariega, desde hace 22 años, se ha empeñado en romper ese canon creando una serie de coreografías que la agrupación ha denominado danza folklórica experimental y expandida
, con la idea de dotar a dicho género de un nuevo lenguaje escénico, cuyo discurso implique abordar temas sociales contemporáneos que cuestionan el papel de la mujer en la sociedad.
Arrojo es el título de la más reciente coreografía que fue estrenada ayer en el Teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes (Cenart) y que tendrá dos funciones más: hoy a las 19 horas y el domingo a las 18 horas.
De la danza folklórica tradicional mexicana, con sus trajes regionales, en la que está presente el zapateado, el faldeo, el baile de pareja o muchas parejas formando una geometría espacial, y que se baila por repertorios (Jalisco, Veracruz, Chihuahua), la compañía Danzariega prescinde de esos trajes y sólo retoma para sus creaciones originales el lenguaje corporal del zapateado y el faldeo, con el fin de ponerlo al servicio de un discurso narrativo y estético contemporáneo que hable de los problemas actuales que se viven en el país, que deben ser resueltos en colectivo, por lo que nuestro trabajo tiene también un aspecto político-social
, explicó Paula Herrera, directora de Danzariega, en charla con La Jornada.
La agrupación la integran 13 bailarinas, que trabajan de manera horizontal a partir de comisiones. De hecho, la dirección artística es una comisión más, por lo que los acuerdos y decisiones se toman entre todas.
Arrojo, comentó Herrera Martínez, “nos invita a mirar de cerca las vicisitudes cotidianas que experimentan las mujeres que han decidido desobedecer el ‘deber ser’, que por mandato social se ha asignado a los cuerpos con vulva para trazar su propio camino.
“Nosotras pensamos que ese ‘deber ser’ es una batalla cotidiana en contra de ese deber ser. Arrojo busca romper con esa imagen y muestra en escena las voces de mujeres que se niegan a cumplir con ese deber ser que les ha sido asignado socialmente para sumergirse en batallas de autodescubrimiento y encontrar así la esencia propia.”
La obra se propone reflejar esa búsqueda de las mujeres, de quiénes somos, en oposición a lo que socialmente se nos dice es el deber ser y el hacer
, destacó la creadora escénica.
Originalmente era una pieza que trataba sólo acerca de la sexualidad de la mujer, pero se decidió ampliar la cuestión porque nos dimos cuenta de que la sexualidad femenina está profundamente normada. De ahí pensamos que el tema no era sólo la sexualidad, sino todas esas normas en torno al cuerpo de la mujer y, por ello, el tema fue las batallas contra el deber ser
, explicó Herrera.
En la pieza se articulan distintos momentos. Tiene una obertura y cinco escenas, pues la obra, al ser escrita por cinco mujeres, son igual –por decirlo de alguna manera– cinco batallas. “Entre éstas, un momento que se relaciona con la adolescencia y los cambios físicos, los cuales están aunados a una serie de comportamientos impuestos como el ‘siéntate bien’, ‘no te vistas así’. Otro momento es sobre los juegos infantiles que sirven de pretexto para el abuso. Una escena tiene que ver con el encuentro y escucha entre mujeres, lo que los zapatistas de Chiapas llaman compartición y una más se vincula con la emancipación en construcción”.
Las artífices de Arrojo son Angélica Sánchez, Julieta Miranda, María Herrera, Norma Aguilera y Paula Herrera.
Con 13 bailarinas en escena, música original experimental de Tania Tovar, que se amalgama con la percusión de los pies, y vestuario de Axel Castañeda, Arrojo se presenta hoy a las 19 horas y el domingo 17 a las 18 horas en el Teatro Raúl Flores Canelo del Cenart (Río Churubusco 79, Country Club) .