Jueves 7 de septiembre de 2023, p. 3
La galería José María Velasco festejó el 26 de agosto pasado su 72 aniversario con la inauguración de la muestra Espirales distópicas, donde la pintora y escultura Laura Quintanilla plantea una visión crítica de las paradojas de la modernidad occidental a partir de metáforas visuales que remiten a la pintura metafísica italiana del siglo XX o el realismo mágico latinoamericano.
Está conformada por 45 obras, entre pinturas y esculturas, en las que la artista y diseñadora nacida en la Ciudad de México en 1960 reafirma su visión del arte como un juego entre lo real y lo irreal, una búsqueda del ser interior que parte de las interrogantes más básicas del ser humano: ¿qué somos?, ¿hacia dónde vamos?, ¿qué hacemos en este mundo?
“En este proceso, me he dado cuenta de que el hombre –como especie– siempre ha necesitado un apoyo, sea espiritual, mágico o religioso, para justificar su existencia o poder seguir adelante en su tránsito”, apunta.
Más que vislumbrar un paisaje apocalíptico, la autora busca con esta exposición cuestionar las circunstancias de nuestro tiempo, desde el cambio climático y la extinción de especies animales hasta el uso de la tecnología en la comunicación, el comportamiento y como un medio de perfeccionamiento de nuestra naturaleza humana, ya que también se aplica para ayudar al cuerpo a seguir trabajando.
Nieta e hija de pintores, uno de los temas tratados por Laura Quintanilla en esta ocasión es el tarot. Si bien aclara que no sabe leerlo, precisa que su interés era conocer las motivaciones y los símbolos que abarca esa práctica adivinatoria a fin de comprender por qué el ser humano, desde que es tal, busca respuestas y soluciones en lo mágico, lo místico y lo religioso.
Fue toda una experiencia trabajar y conocer esa simbología, me di cuenta de que en todas las culturas y religiones se maneja un poco lo mismo, como una justificación de nuestro tránsito por la vida.
Los otros dos temas abordados en la exposición son los laberintos y las escaleras, una constante en la obra de la artista y que tienen que ver, precisamente, con esas inquietudes ontológicas que motivan su quehacer.
Aunque le resulta difícil encajonar su propuesta, la artista define que posee ciertos rasgos surrealistas, simbólicos y metafísicos, si bien se inclina más por ubicarla en el realismo mágico. A fin de cuentas, toco temas reales y actuales muy específicos, pero les doy esa parte mágica
. También asume que tiene una fuerte carga crítica y de reflexión, pero, más que explicarla, prefiere que el espectador sea el que la lea y la interprete.
Abierta al público hasta el 8 de octubre, Espirales distópicas compartirá el espacio y la celebración de la galería José María Velasco (Peralvillo 55, colonia Morelos, Ciudad de México) con una selección de imágenes del fotógrafo Héctor García, como parte de la conmemoración del centenario de su natalicio, además de una muestra del pintor Javier Zeruel.