Encuesta en medio de la polarización
e acabó el tiempo. El experimento de poco más de dos meses concluyó sin que se le pueda calificar de exitoso, a menos que todo su propósito hubiera sido el de poner en el conocimiento de la gente el nombre de alguno de los contendientes.
Pero frente a ese posible logro, los puntos críticos del ejercicio se han multiplicado: dudas sobre el financiamiento para el trabajo de los posibles, vacío de ideas porque estaban prohibidas, pero sobre todo la polarización de grupos dentro de Morena.
Los a favor o en contra tomaron muy en serio la contienda y los llamados a la unidad no tuvieron eco entre las militancias de uno y otro lados. En ese sentido, el asunto se tornó hasta peligroso y amenaza con alguna posible ruptura, cosa que tiene muy preocupados a muchos de los jerarcas del organismo.
No hace mucho, Marcelo Ebrard respondía a la interrogante de ¿cuál es la diferencia entre unos y la otra? con un contundente no sé
, y no era una respuesta acarreada por un estado de ánimo; por el contrario, era o parecía un asunto bien observado, y luego del no sé
advertía que la prohibición para fijar posturas frente a la problemática del país hacía imposible que se establecieran diferencias entre los tres precandidatos.
Y eso es cierto, para la mayoría de las personas y de la militancia que deberá responder a la encuesta, por qué y por quién votar se convirtió en un dilema difícil de dilucidar, por no decir que imposible.
No hubo propuestas ni intercambio de ideas, así que no hay posibilidad de marcar diferencias, y por eso también es que se ha enconado la lucha. Porque votar por uno u otra es una cuestión de simpatías, y nada más. ¿Qué nuevos horizontes propone cada uno? No se sabe.
La encuesta descarta la experiencia y la militancia, lo que aumenta la posibilidad de que se responda con un grado de error mucho mayor al que siempre se ha tenido.
Y para hacer más profundo el fallo, Mario Delgado, presidente de Morena, inventó una serie de eventos para que la gente lo tome en cuenta, para que lo conozcan, y ha descuidado casi por completo el trabajo que debería estar en primer lugar: la encuesta.
Y ese descuido puede traer graves consecuencias en los resultados de la medición que nos dará el nombre de quién puede ser el representante de Morena en la lucha por la Presidencia de la República.
Entonces, el miércoles sabremos quién es el representante de Morena; lo que no sabremos es por qué. Eso no es política.
De pasadita
Es cada vez más preocupante que la separación legal de dos personas se use como instrumento para destruirse, por ejemplo, en lo profesional.
Un caso sobresaliente es el de Manuel Cavazos, acusado por su ex pareja de abuso sexual en contra de sus hijas, lo que le impidió convertirse en magistrado del Tribunal Superior de Justicia de la ciudad, cuando menos durante el tiempo que duró la posibilidad de que la acusación fuera cierta.
Hoy, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha hecho saber que los datos que sustentaban la acusación no eran ciertos, por lo que en el Congreso local, donde habrá de resolverse el nombramiento del mismo Cavazos, tendrá que revisar y señalar sin prejuicios la idoneidad de quien fue difamado, y además tendría que ponerse en conocimiento de los diputados la falsedad de la acusación para dar paso a la valoración de quien puede ingresar al TSJ, esta vez Cavazos.
El triunfo de la mentira, de la falsedad, no debe ser permitida por los diputados locales, que tendrán que impedir que casos como éste sienten precedente. Eso no debe ocurrir.