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Planea Israel deportar a los eritreos por un enfrentamiento callejero

Benjamin Netanyahu desafía la ley internacional de asilo

 
Periódico La Jornada
Lunes 4 de septiembre de 2023, p. 27

Tel Aviv., El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, afirmó ayer que quiere que los migrantes de Eritrea, quienes la víspera participaron en un violento enfrentamiento en Tel Aviv, sean deportados de inmediato y ordenó un plan para expulsarlos del país.

Queremos medidas duras contra los saqueadores, incluida la deportación inmediata de quienes participaron (en la zacapela), declaró el premier en una reunión ministerial especial.

Solicitó a su gabinete que presente planes para el retiro de todos los demás infractores indocumentados, y destacó que la Corte Suprema rechazó algunas medidas que estaban dirigidas a obligar a los migrantes a salir del país.

Agregó que no cree que sea un problema deportar a los simpatizantes del gobierno de Eritrea.

Las leyes internacionales establecen que Israel no puede enviar por la fuerza a los extranjeros de regreso a un país en donde su vida o su libertad están en peligro.

Antier se suscitaron enfrentamientos entre grupos rivales eritreos en el sur de esta capital que dejaron a decenas de personas heridas. Simpatizantes y opositores del gobierno de ese país de África oriental se enfrentaron con palos, barras de metal y piedras; dañaron aparadores y vehículos policiales. Agentes antimotines usaron gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y munición real, mientras la policía montada trataba de controlar a los manifestantes.

El tema de los extranjeros asilados ha dividido a Israel desde hace tiempo, y los enfrentamientos ocurren cuando en el país hay descontento por un plan de reformas judiciales de Netanyahu. Quienes apoyan esta iniciativa citan el asunto migratorio como un motivo por el que las cortes deben ser controladas, al asegurar que los tribunales obstaculizan la expulsión de los indocumentados.

Cerca de 25 mil africanos sin visa viven en Israel, en su mayoría procedentes de Sudán y Eritrea, que huyen de conflictos y represión. Israel reconoce a muy pocos como solicitantes de asilo, y considera a la mayoría de ellos indocumentados a los que no tiene la obligación legal de mantener.

Para impedir que los eritreos lleguen a Israel o permanezcan ahí, el gobierno israelí envía a algunos de los migrantes a prisiones remotas. A los que encuentran trabajo se les retiene una parte de sus salarios, y a otros les ofrecen pagos en efectivo si acceden irse a otro país de África.