El ilícito en la dictadura chilena involucra a jueces, funcionarios de migraciones, notarías, curas, monjas, así como a oficinas de gobierno, indica un informe
Sábado 2 de septiembre de 2023, p. 22
Santiago. Los 50 años del golpe civil militar de 1973 que derrocó al gobierno del presidente socialista chileno Salvador Allende, y las atrocidades cometidas desde entonces en el país durante los 17 años de la dictadura, han servido también para recordar el secuestro de niños mediante adopciones irregulares que se sucedieron en el periodo.
En 2019, una comisión investigadora de la Cámara de Diputados emitió un voluminoso informe donde se concluía que hubo alrededor de 20 mil niños chilenos que fueron adoptados por familias de extranjeros a lo largo del régimen encabezado por el general Augusto Pinochet.
Ese fue el colofón de una indagación judicial iniciada en 2018, donde el juez Mario Carroza, de la Corte de Apelaciones de Santiago, que detectó los primeros 500 casos. Al concluir ese año, la justicia chilena cifraba en 7 mil 500 las adopciones que pudieron ser ilegales hasta 1990.
Los niños y las niñas que tuvieron ese destino, eran bebés generalmente nacidos de madres en condiciones sociales muy precarias y de muy baja escolaridad, a quienes arrebataban a sus pequeños mediante engaños, por ejemplo, diciéndoles que habían nacido muertos.
Otros eran originarios de familias pudientes, pero fruto de embarazos indeseados, que los entregaron para esconder el hecho y supuestamente resguardar así una reputación.
Si bien se cuenta entre lo más oscuro de lo ocurrido en Chile en esas casi dos décadas, está entre lo que menos se ha socializado, tal vez porque la magnitud de lo ocurrido involucró a autoridades muy diversas: jueces, funcionarios de migraciones, notarías, curas, monjas y también oficinas de gobierno, según concluyó aquel informe.
Los niños y las niñas fueron a parar a países como Estados Unidos, Alemania, Francia, Holanda, Italia y Suecia. Muy pocos de aquellos menores, que ya no lo son, sino adultos, conocen su verdadero origen; pero otros sí.
El más reciente caso del cual se tuvo noticia en Chile ocurrió el 22 de agosto de 2023 y es la historia de Jimmy Lippert-Thyden, un abogado penalista de Ashburn, Virginia (Estados Unidos), que en esa fecha pudo conocer a su madre biológica: María Angélica González, vecina de la ciudad de Valdivia, 800 kilómetros al sur de Santiago.
Cuando ella lo parió en octubre de 1980 en un hospital de Santiago, le dijeron que la criatura debería quedarse en una incubadora, por ser prematura, lo cual ella creyó de buena gana. Pero al regresar por su hijo, le mintieron diciéndole que estaba muerto y que se habían deshecho del cuerpo, impidiéndole verlo.
En declaraciones que dio a medios de prensa internacionales, Jimmy Lippert-Thyden dijo que siempre supo que había sido adoptado, que sus padres no se lo ocultaron y que creció en un hogar lleno de amor. Lo que no sabía, ni tampoco mis padres adoptivos, es que fue una adopción falsa, falsificada
, agregó.
Respeto de por qué fue entregado por su madre biológica, explicó que había tres versiones; la primera decía que ella no lo retiró del hospital; la segunda, que fue cedido voluntariamente dos años después de nacer, y la tercera, que había fallecido durante el parto”.