Cuatro de cada 10 personas afrodescendientes no han sido incluidas en los programas sociales del gobierno federal, como las becas Bienestar o la pensión universal. De este grupo poblacional, 48.7 por ciento son mujeres y 25.5 hombres.

Datos de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis) 2022 refiere que 39.4 por ciento de las personas afrodescendientes, quienes en su mayoría viven en Guerrero, Oaxaca y Veracruz, manifestó que le fue negado injustificadamente alguno de sus derechos, como recibir apoyos de los programas sociales emprendidos hace cinco años.

Las personas afromexicanas apenas representan 1.2 por ciento de la población nacional, pero organismos internacionales señalan que esto no debe ser motivo para la discriminación y violación a sus derechos.

El reconocimiento de la autoadscripción afromexicana y afrodescendiente forma parte de los esfuerzos conjuntos de Naciones Unidas en muchos países de Latinoamérica para revalorizar la cultura, la historia y la integración multinacional de grupos históricamente discriminados, establece un documento del organismo internacional sobre el Decenio Internacional para los Afrodescendientes.

No obstante, la Enadis 2022 muestra que estos sectores continúan padeciendo actos discriminatorios, pues 35.9 por ciento señaló que le han negado la atención en los servicios de salud o los medicamentos en los últimos cinco años, mientras 31.7 por ciento manifestó que le han impedido la oportunidad de trabajar u obtener un ascenso.

Cifras del censo de población del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señalan que 52.8 por ciento de la población afrodescendiente estaba afiliada al Seguro Popular, sin embargo con su desaparición este servicio les fue negado; mientras, uno de cada cuatro mexicanos afrodescendientes declaró que en los últimos cinco años no ha podido obtener algún crédito de vivienda, préstamo o tarjeta porque las instituciones bancarias se las han negado sin justificación.

Mujeres, las más afectadas

Dentro de este grupo poblacional, las mujeres son las más perjudicadas, pues en todos los rubros son las que han padecido en mayor medida la negación de derechos a programas sociales, al servicio médico, a créditos, préstamos o a la oportunidad de obtener un empleo, por lo que sufren una doble discriminación.