o deja de sorprender cómo el cine europeo está siempre por delante del hollywoodense, digamos, en cuanto a abordar temas escabrosos y hacerlo con madurez. La coproducción franco-belga El amor según Dalva, opera prima de Emmanuelle Nicot, trata con una sobriedad ejemplar las consecuencias de una relación incestuosa entre un padre y su hija infantil.
La película abre con una secuencia voluntariamente confusa y oscura. Entre las sombras se ven movimientos violentos, es escuchan golpes y una voz femenina que grita: ¡Jacques! Pronto se revela que quien ha gritado es una niña de 12 años llamada Dalva Keller (Zelda Samson), de aspecto chocante. Ella tiene el semblante de una mujer adulta, con el pelo teñido de rojo, peinado en un chifón y el rostro maquillado; viste blusa de encajes y calza zapatos de tacón. Parecería un disfraz de Halloween, pero nadie está festejando.
Se revela que Dalva ha sido víctima del abuso sexual de su padre, Jacques (Jean-Louis Coulloc’h), quien le ha hecho aceptar la normalidad de su abuso como una relación amorosa. La niña es internada en un albergue de menores con problemas, donde compartirá habitación con Samia (Fanta Guirassi), adolescente negra, hija de una prostituta, quien inicialmente será hostil ante su nueva compañera.
De hecho, el trabajador social Jayden Dorkel (Alexis Manenti) es el único que se comunica significativamente con Dalva y la cuida de manera estricta (es él quien la detiene cuando ella intenta escaparse del albergue). También es inscrita en una escuela donde no todos los niños son del albergue y la agresión es constante.
Lo único que pide la niña es poder ver a su padre, a quien considera el amor de su vida, con la emoción terrible dictada por años de abuso. Cuando finalmente es llevada a la prisión donde está recluido Jacques, el encuentro entre ambos no podría ser más penoso. El hombre se derrumba física y moralmente ante la evidencia de su crimen. Mientras Dalva no sabe cómo reaccionar.
Será la difícil labor de los adultos responsables y la amistad de Samia tratar de concientizar a la niña sobre la anormalidad del amor prohibido que ha vivido tantos años. Una secuencia elocuente es aquella en la que Jayden la lleva a comprar ropa más apropiada a su edad. Cuando se le pregunta cuál es su color favorito, Dalva no puede responder. Toda su vida había sido controlada por el padre.
De alguna forma, esta es una historia de coming-of-age en reversa. A la protagonista se le intentará devolver la juventud y la inocencia que le fueron despojadas. Un importante paso en esa dirección será cuando Dalva se corta el cabello para adoptar un aspecto más juvenil.
En ese sentido, resulta extraordinaria la actuación de Samson, quien se une a otros actores infantiles europeos –Catherine Clinch, de La niña callada, y Eden Dambrine, de Close, entre varios otros– en esa demostración asombrosa de madurez, sensibilidad y contención, generalmente reservada a adultos con años de formación histriónica.
El amor según Dalva
(Dalva)
D: Emmanuelle Nicot/ G: Emmanuelle Nicot, con la colaboración de Jacques Akchoti, Bulle Decarpentries/ F. en C: Caroline Guimbal/ M: Frederic Alvarez/ Ed: Suzana Pedro/ Con: Zelda Samson, Alexis Manenti, Fanta Guirassi, Jean-Louis Coulloc’h, Sandrine Blancke/ P: Hélicotronc, Tripode Productions, Arte France Cinéma, RTBF, Proximus. Francia-Bélgica, 2022.
X: @walyder