Opinión
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Ciudad perdida

Odio como propuesta de gobierno

L

os soflameros impulsores de la señora X, según nos cuentan, se han llevado una gran desilusión después del encuentro en el que se puso en juego el saber político de los que desde la oposición buscan ganar la próxima elección presidencial.

Y no es para menos. Muchos de los que presenciaron de cualquier forma el encuentro están conscientes del muy bajo perfil político de la señora X, que, por lo visto, buscaba echar pleito, lanzar majaderías, pero nunca proponer alguna forma de gobierno interesante.

La priísta Beatriz Paredes, con mucho, fue la más clara, la más seria, a la única que se le veían hechuras políticas del tamaño que requiere la Presidencia de la República, mientras Santiago Creel destiló odio y se ahogó en su coraje contra López Obrador; es decir, no supo proponer nada aunque su carrera política es larga y basta.

Pero en fin, el asunto es que la candidatura de la señora X hoy es, pese al falso relleno, una opción fallida, y Beatriz Paredes se levanta como la opción más fuerte de la mezcolanza partidista de oposición.

La priísta propone cambiar el quehacer de la política, algo que resulta urgente para el país, si se considera que la transformación quedaría muy corta sin renovar las condiciones de ese mismo quehacer.

El problema, sin duda, es que en la alianza las cosas no se ven así. Los partidos, fuera del PRI, o de Beatriz Paredes, no tienen en mente cambiar las reglas del juego político, por el contrario, todo parece indicar que para ellos las formas de impulsar o rechazar leyes, de comprar votos y de manipular realidades es una forma cómoda de ejercer el poder.

Así las cosas, por más que, como sucedió desde el jueves pasado, se reconozca a la señora Paredes como el personaje político de mayor calado en la alianza, tanto los azules como los amarillos impedirán, por los medios a su alcance, que Paredes no llegue a la candidatura.

En otras palabras: PAN y PRD han sentenciado al PRI. Lo sabe Beatriz Paredes, que como le confesó a la reportera Andrea Becerril, conoce el juego de los dados cargados, y cada una de las trampas de la política actual, por lo que debe estar consciente de que la única posibilidad de que el PRI continúe con vida es lograr que el candidato o candidata de la oposición pertenezca al tricolor.

En caso contrario, es decir, que Acción Nacional imponga a la señora X o a Creel como candidata o candidato, el PRI moriría casi de inmediato, primero porque sus militantes no aceptarán votar por un panista, ya lo han demostrado, y luego porque habría una última desbandada a favor de Morena que dejaría a los tricolores en calidad de perredistas: sin ningún valor político.

Por eso la importancia de la confrontación entre opositores aún no se ha medido por completo, pero hay algo que no se puede negar, más allá de Paredes la alianza es puro odio. Esa es su propuesta de gobierno.

De pasadita

Otra vez García Harfuch. El jefe de la policía que en algún momento dejó de ser el más popular entre los posibles para gobernar la Ciudad de México, ya está otra vez hasta arriba, mientras los otros nombres de quienes quieren se han estancados, pese a la muy larga campaña y los recursos económicos invertidos para tratar de afianzar sus candidaturas.

Y no sólo en el mundo de Morena el jefe de policía tiene muchos adeptos; en la barra de los priístas también se habla bien del secretario de Seguridad, que de cualquier forma, en caso de que aceptara buscar el puesto político, tendrá que saber aguantar los ataques enemigos que en ese frente son más que peligrosos.

Y de la misma forma, impedir que el ego le ponga alfombra mágica a sus pies para que no pierda la tierra. La política es cosa seria.

Esto, para que no suceda lo que ya ha pasado cuando una gente del ámbito policiaco busca gobernar una cuidad como ésta. Tantán.