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En su nueva novela, Cristian Lagunas ficciona la intimidad de Yukio Mishima

La anécdota central es un viaje que hizo el autor japonés en 1957 por EU y México, cuenta el escritor en charla con La Jornada

 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de agosto de 2023, p. 4

El escritor Yukio Mishima es el protagonista de la novela El lado izquierdo del sol, en la que el narrador Cristian Lagunas imaginó al reconocido autor japonés en lugares que le permiten explorar sus facetas privadas de exageración y estallido que se alimentaban de la idea de soltarse y no ser visto.

El novelista explicó a La Jornada que en este libro, editado por Random House, no le interesaba tanto la vida pública de Mishima, sino cómo es un autor en su vida privada, cómo es cuando va de vacaciones, se compra una camisa o va al gimnasio; qué cosas intensas puede haber detrás de ese acto.

La anécdota central de la novela es un viaje que realizó Yukio Mishima en 1957 por Estados Unidos y México, el cual motivó a Lagunas a explorar ese trasiego desconocido en varias biografías. “Me resultó interesante ver que no todas abordan los mismos aspectos; por ejemplo, algunas evaden decir que era gay, tenía tendencias bisexuales o algún deseo no heterosexual. Hay otras que sí exploran esa parte.

La investigación más importante para mí fue leer las novelas de Mishima. Ahí está todo. Ahí hubo mucha información para mi libro.

Lagunas agregó que en la narración, ganadora del Premio Mauricio Achar Random House 2022, el también poeta y dramaturgo activa su mente todo el tiempo; en la mente de un escritor nunca hay que confiar, porque se va a praderas muy lejanas.

El narrador reconoció que la escritura fue un trabajo de “entender al personaje, que tenía una relación muy intensa con su cuerpo. Al final de su vida se hace muy musculoso. Mishima era aficionado a los relojes, y esa es una conexión con lo material, no sólo con el cuerpo, sino con los objetos.

El cuerpo es importante porque la experiencia de viaje del personaje es usarlo: cómo está en el mundo, cómo se mueve y cómo se vincula con los otros.

Cristian Lagunas detalló que su interés era ver al escritor japonés unos años antes de su muerte; sin embargo, aunque ese hecho no está en la novela, sí lo anticipa. Es un personaje que tiene, en términos sicoterapéuticos, una pulsión de muerte intensa. Hay como un anuncio de lo que va a suceder.

Ficción y verdad

En torno a los límites entre la ficción y la realidad sobre Mishima, el autor sostuvo que comprendió que “era un personaje real muy importante, y que si yo caía mucho en ‘estoy escribiendo sobre su vida’, no iba a poder terminar el libro. Mi personaje se hizo independiente y entendí que está inspirado en Mishima, pero es un personaje independiente.

Como autor, tenía la libertad de llevarlo a Marte o de hacerlo tomar un café Starbucks con María Antonieta, usando unos Converse en el siglo XVIII. Es la libertad de tomar un personaje real, una vida ajena y llevarla adonde se desea. No sé si es ético, pero es ficción.

Lagunes refirió que en el texto hay un juego, pues “Mishima está escribiendo Confesiones de una máscara, un libro muy autobiográfico sobre su infancia, su adolescencia, sus deseos; cosas un poco oscuras, un poco su sique.

Aunque no es su primera novela, pongo que es como si fuera su primera novela, y en este caso es la primera mía. Es un juego de espejos, donde me pongo la máscara de él como él se pone una para crear un personaje. También hay mucho de autobiográfico en este escrito a partir de la identificación con él. Aunque somos muy distintos y de épocas diferentes, hay un juego de dualidades.

También existen las bifurcaciones del personaje, quien a la mitad del libro cambia su nombre. Tiene que ver con estas dos personalidades: la privada, la primera que es Hiraoka Kimitake antes de ser escritor, y luego Yukio Mishima, el nombre artístico cuando ya lo es. Son dos nombres, pero también dos personas diferentes, aunque la misma.