La disputa por el control de Santa María Ostula
orenzo Froylán de la Cruz Ríos, integrante de la Guardia Comunal de Santa María Ostula, Michoacán, fue desaparecido y posteriormente encontrado muerto en la carretera Coalcoman-Aquila, municipio de Chinicuila. El crimen organizado lo torturó, ejecutó y lo tiró en el camino. Su nombre se suma a una larga lista de nahuas asesinados en esta comunidad que desde 2009 decidió defenderse dela delincuencia, haciendo usode la guardia comunitaria a la que tienen derecho como pueblo indígena. Pero nada ha parado el hostigamiento creciente. ¿El motivo?: Intereses de expansión de la empresa minera Ternium.
Por su ubicación estratégica en el litoral del Pacífico michoacano, empresas, gobiernos y crimen organizado (o los tres juntos) han querido el control de Santa María Ostula, pero los comuneros, a pesar de tanto embate en contra, han rechazado los proyectos que los despojan de su territorio. El 29 de junio de 2009 recuperaron más de mil hectáreas que durante 40 años estuvieron invadidas por supuestos pequeños propietarios de la comunidad de La Placita. Ahí fundaron el nuevo poblado de Xayakalan. Pero el costo ha sido demasiado alto: entre 2009 y 2014 la comunidad estuvo bajo el fuego del crimen organizado que aquí, como en todos lados, no actúa solo. El saldo: 35 asesinatos y seis desapariciones forzadas de autoridades agrarias y líderes comunales, incluyendo el asesinato del niño Hidilberto Reyes García por parte del 65 Batallón de Infantería del Ejército Mexicano, lo que fue comprobado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
La comunidad inició este año con el asesinato de tres guardias comunales: Isaúl Nemesio Zambrano, Miguel Estrada Reyes y Rolando Magno Zambrano. Y luego, el 15 de enero, el abogado Ricardo Lagunes y el comunero Antonio Díaz, de la comunidad indígena de San Miguel Aquila, fueron desaparecidos también por la delincuencia, sin que las autoridades hicieran nada. Otros dos asesinatos ocurrieron en abril. Y ahora a este listado fatal se suma la muerte de Lorenzo Froylán.
Ostula continuará reforzando sus guardias comunales, al tiempo que exige el castigo a los culpables de tanta muerte y el desmantelamiento de los grupos delincuenciales.