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Finitud, primera producción de Teatro Fuego, plantea una reflexión sobre la vida y la muerte

La compañía surgió con el compromiso de crear, en complicidad con el público, un fenómeno crepitante, luminoso, entretenido y riesgoso

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▲ Escena de la obra escrita y dirigida por Víctor Weinstock, que continúa temporada hasta el 18 de septiembre en el Teatro Varsovia.Foto cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de agosto de 2023, p. 8

En un desolado parador, que remite al olvido y la desesperanza, tres personajes plantean una profunda reflexión sobre la vida y la muerte; entre olor a incienso y la tenue luz de la vela, se entretejen aspectos como la toma de decisiones, la culpa, el arrepentimiento, la desesperación, el dolor y el tiempo.

La obra Finitud, primera producción de Teatro de Fuego, la cual forma parte de una trilogía, continúa en temporada en el Teatro Varsovia, con una historia escrita y dirigida por Víctor Weinstock que conmueve con la interacción de un trío de personajes que aparecen como si fueran fantasmas, o bien, estuvieran entiznados y atrapados en un bucle en el tiempo.

Bastaría con que el amor tuviera de la muerte lo cierto y de la vida lo incierto, es el subtítulo del montaje, donde la risa entre una pareja, aunque amarga, los abraza y la esperanza de seguir viviendo juntos los consuela, pero el temor de la separación los acecha.

La trama sucede en 1973, cuando una pareja de cincuentones sufre un desperfecto mecánico en una carretera desolada a media sierra y se orillan a media curva, pero dejan a su bebita en el asiento del coche; la mujer, XX (Patricia Blanco), y el hombre, XY (Gastón Yanes), se bajan del auto; ella con un trapo rojo en mano y, el segundo, se pone a revisar el motor, sin imaginar que un camión sin frenos embestiría el vehículo donde se encuentra la pequeña, quien muere junto con el camionero en tremenda bola de fuego.

Mientras la mujer y el hombre, permanecen, sin salir, de una habitación tras el accidente, lo cual les permite lamentarse, llorar, colocar velas o sahumar el lugar, aparece un ser que podría ser de otro mundo, un misterioso anciano, YY (Mario Zaragoza), que podría ser el estereotipo de un hippie, o bien, de los hombres en situación de calle, quien describe los hechos que sucedieron en torno a la devastada pareja.

Este tragicómico personaje, ofrece una esperanza, en un entorno sumido en la tristeza y la desesperanza. Al fin comprenden ¿Por qué el sufrimiento es tan opcional como lo es sacarse los ojos o no escuchar o vivir sin aliento o sin ganas?, dijo el anciano quien aparece en el parador de la curva, utiliza el baño y, al parecer, vive en una carcacha idéntica a la que explotó.

La obra sucede durante las horas inmediatas a dicho suceso, en la habitación se desarrolla con los reproches de la pareja por lo vivido y es narrada en un tono tragicómico y, a decir de la producción, se trata de una reflexión en torno a la finitud de la vida, el cambio constante, el dolor inevitable ante la pérdida y la expiación de la culpa.

En Finitud, que se estrenó el 8 de mayo en el Teatro Varsovia y continúa con funciones cada lunes a las 20 horas hasta el 18 de septiembre, se develan las historias de la mujer, una prostituta vieja, amodorrada y espiritual; el padre, un mecánico ufano, malhumorado y racional que se consuelan tras la tragedia por la pérdida de su hija, que fue de por sí un milagro de la naturaleza, debido a la avanzada edad de sus progenitores.

La compañía Teatro de Fuego surgió en este 2023 con el compromiso de crear, en complicidad con el público, un fenómeno teatral crepitante, luminoso, entretenido y riesgoso. Mientras existan espectadores con deseo de compartir la pulsión vital y la conciencia del fin, sin temor a la risa ni al llanto, habrá razón de prender nuestras fogatas. Sólo el boca a boca y la difusión convertirán la chispa en incendio, afirman los fundadores.

Finitud está dedicada a Fernando Zaragoza Blanco, hijo de Patricia Blanco y Mario Zaragoza, quien murió repentinamente a los 14 años de edad, en febrero de 2022.