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Tumbando caña

Siembra, 45 años después

E

l pasado 16 de julio, el salsero panameño Rubén Blades anunció el relanzamiento de su álbum Siembra en formato en vivo para conmemorar el 45 aniversario de su publicación, en 1978, con el sello Fania Records. La producción, considerada la de mayor venta en la historia de la salsa, fue grabada en el Coliseo de Puerto Rico el 14 de mayo de 2022 con la Orquesta de Roberto Delgado y músicos invitados (los créditos de músicos y más detalles están en la página www.rubenblades.com).

Blades detalla en entrevista que la idea de grabar en vivo los siete temas del álbum fue en parte para recuperar su obra, ya que Fania Records no quiso entregarle el máster de la primera grabación. “Aun cuando yo pagué los derechos de regalía, el costo de producción y grabación, la compañía seguía siendo dueña de los másters. A pesar, repito –porque es importante decirlo–, de que nosotros pagamos de vuelta a la compañía los costos de la grabación, ellos se apoderaron del material. En ese concierto en Puerto Rico, donde tocamos más de cinco horas, tuve la oportunidad y el tiempo para grabar las siete canciones, una detrás de otra.

Espero que a los que escuchen este álbum por primera vez, les sea de su agrado. A los reincidentes, un abrazo, expresó.

Los temas en esta versión en vivo mantienen las mismas tonalidades en que fueron grabados en 1977; los arreglos son los mismos y el orden aparece como en el acetato: Plástico, Buscando Guayaba, Pedro Navaja, María Lionza, Ojos, Dime y Siembra.

La calidad de la grabación es excelente, pese al lugar en que fue grabado. La orquesta de Roberto Delgado e invitados, precisa, adoptando por completo el sonido Willie Colón y complementando los arreglos originales con algunas ideas propias.

Cuando se publicó Siembra, Fania tenía la salsa como un género pan-latino, pero Colón y Blades lo llevaron mucho más allá fusionando formas musicales con preocupaciones sociales, aprovechando el alma de un pueblo necesitado de justicia y libertad, como dijera Blades.

Los temas sociales no eran abordados en la música caribeña. Quizá Tite Curet Alonso, el de Plantación adentro, Anacaona y Juan Albañil, o Eddie Palmieri en ciertos temas como Raza latina, sólo hasta que apareció Blades sorprendiendo con verdaderas crónicas urbanas y de denuncia. Rubén tomó desprevenida a una audiencia a la que sólo le importaba la fiesta sin reparar muchas veces en la letra de las canciones o tomando en cuenta banalidades. En ese sentido, Blades señalaba: Mis canciones están hechas para la cabeza y las caderas. Así es que muchos pensaban mientras bailaban o se quedaban parados en la pista, estáticos, escuchando atentos aprehendidos por estas canciones difíciles de bailar.

Con este trabajo, el segundo realizado con Willie Colón, el nombre y pensamiento de Rubén Blades entraron a las páginas de consulta de los intelectuales, políticos, obreros, bailadores y guapos de esquinas, de cualquier ciudad del continente, y casi todas sus canciones se convirtieron en himnos de la cultura popular latinoamericana. Por esto, el llamado poeta de la salsa argumentaba La salsa es el folclor de la ciudad, pero no de una ciudad, sino de todas las ciudades de América Latina.

Tanto era el impacto de la obra de Rubén Blades, que el propio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez llegó a decir (exagerando, quizá) que si por él fuera trocaría los nombres de los autores de Cien años de soledad y de Pedro Navaja, para darle a Ruben Blades la novela y él quedarse con la canción.

Carlos fuentes, en charla de café le dijo: “Yo escribo una novela de unas 250 páginas. Esa novela probablemente la comprará alguien; la leerá un grupo de personas, pero no la va a volver a leer ninguno. En cambio, Pedro Navaja, que dura siete minutos y la entiende todo el mundo, la siguen cantando una y otra vez. Eso es poder. Y la literatura quisiera tener ese poder...”

A 45 años de distancia, el poder de Siembra todavía se deriva de esta consideración y Blades piensa que algunos de sus temas sociales siguen vigentes. Pone de ejemplo a Siembra.

“Es una canción muy actual porque los temas que la inspiraron siguen estando presentes (…). Todavía estamos en el problema de la corrupción política, de las divisiones sociales, a pesar de la comunidad, de problemas y necesidades y del hecho de que el problema de uno es el problema del otro. Todavía tenemos el problema de las dictaduras, así que en ese sentido, como digo en Buscando América, aún no se resuelven esos problemas.”