Lunes 31 de julio de 2023, p. 24
Santa María De Jesús., El candidato presidencial Bernardo Arévalo habló ayer ante cientos de habitantes de esta pequeña comunidad indígena y afirmó que podrían ser las semillas de una primavera más brillante y más libre de corrupción en Guatemala.
La metáfora encaja perfectamente con su partido político, el Movimiento Semilla, y permitió al académico y ex diplomático, de 64 años, hablar sobre temas de renovación y crecimiento.
Pero también aludió a la “primavera democrática” de Guatemala, considerada el periodo más incluyente en la historia del país durante la presidencia de su padre, Juan José Arévalo, en la década de los 40 y principios de los 50.
Bernardo Arévalo obtuvo 11 por ciento de la votación en la primera ronda de los comicios presidenciales del 25 de junio, pero eso le bastó para lograr el segundo lugar y pasar a la segunda vuelta, el 20 de agosto, en la que enfrentará a la candidata Sandra Torres, del Partido Unidad Nacional de la Esperanza, quien obtuvo la mayor parte de los votos.
La presencia de Arévalo en comunidades indígenas de las zonas rurales, según analistas, podría favorecerlo en la segunda vuelta, así como su proyección hacia los electores jóvenes.
En Santa María de Jesús, frente a una dañada iglesia católica y en medio de un fuerte calor tropical, Arévalo, quien llevaba sombrero y la camisa suelta, dijo este fin de semana que la nueva primavera traerá bienestar al país, el agua que falta, la educación que se debe, la salud negada gracias a los contratos corruptos que beneficiaban a unos cuántos.
Entre los asistentes se encontraba Juana Orón, ama de casa de 67 años, del pueblo Kaqchikel. Ella es una de las electoras de mayor edad, y recuerda haber escuchado al padre de Arévalo, uno de los apenas dos presidentes izquierdistas de la era democrática en Guatemala.
Se atribuye a Juan José Arévalo, quien gobernó de 1945 a 1951, el establecimiento de programas sociales cruciales que continúan vigentes, como la ley laboral y el seguro social.
La primavera democrática de Guatemala fue interrumpida en 1954 debido al derrocamiento, impulsado por la estadunidense Agencia Central de Inteligencia (CIA), de su sucesor, el presidente Jacobo Árbenz.
Durante el gobierno de Juan José Arévalo, el Estado defendió los derechos de los pueblos indígenas y de las personas de otros sectores por encima de la pequeña élite del país.