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Arrestan a un crítico de Putin

Repite Rusia los bombardeos en el puerto de Odesa

China habla por primera vez de mayor comercio con Ucrania desde que empezó la guerra

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▲ Igor Guirkin Strelkov, ex comandante militar de la autoproclamada república popular de Donietsk, acusado de incitar al extremismo, escucha en un cuarto de vidrio el fallo del juez para su arresto provisional en Moscú.Foto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 22 de julio de 2023, p. 19

Moscú. Rusia continúo ayer su no proclamado plan de destruir las capacidades de Ucrania de exportar cereales a partir del puerto de Odesa al lanzar dos rondas de misiles y drones, una de madrugada y otra a plena luz del día, por cuarta jornada consecutiva, las cuales causaron daños en la infraestructura de esa región costera del mar Negro.

Después de suspender el lunes su participación en el llamado pacto de los cereales, logrado con la mediación de Turquía y de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Rusia ha atacado con más de 70 misiles y casi un centenar de drones con explosivos instalaciones portuarias, silos y otra infraestructura de la industria agrícola ucrania.

La vocera del mando Sur del ejército de Ucrania, Natalia Humeniuk, confirmó que el ataque ruso de ayer, en el que dijo se utilizaron misiles de varias clases, alcanzó su objetivo al decir que estamos evaluando la magnitud de los daños, por el momento no hay reportes de víctimas.

La versión del Ministerio de Defensa ruso, por conducto del portavoz general Igor Konashenkov, señala que “nuestras fuerzas armadas lanzaron otro embate con armas de precisión de largo alcance desde el mar contra instalaciones en las que se preparaban actos ‘terroristas’ contra Rusia con el uso de drones”.

Moscú advirtió desde el pasado martes que todo buque que se dirija a un puerto ucranio será considerado un objetivo militar al ser sospechoso de transportar armamento para el ejército de Ucrania, el presidente de ese país, Volodymir Zelensky, anunció ayer que se diseñaron varias medidas para asegurar la continuidad del corredor marítimo que utilizaron los cerca de mil 100 cargueros que sacaron de tres puertos urcranios 30 millones de toneladas de cereales en la vigencia de la iniciativa alimentaria.

Por lo pronto, la Defensa ucrania pagó con la misma moneda a su contraparte rusa al afirmar, en un comunicado, que desde las cero horas (tiempo local) del 21 de julio, todos los buques en aguas del mar Negro que se dirijan a los puertos de la Federación Rusa y a los situados en territorio de Ucrania temporalmente ocupado por Rusia serán considerados sospechosos de transportar material militar.

Esto provocó una airada reacción del vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, quien indicó, en su comparecencia diaria ante los reporteros, que “las acciones impredecibles y, más aún, la implicación de Kiev en actos ‘terroristas’, crean sin duda una amenaza potencial”.

Según Peskov, el régimen de Kiev no tiene asco por nada y sus declaraciones son realmente un peligro, que requerirá un análisis profundo de las dependencias de seguridad nacional. Después de que el bombardeo ruso del pasado miércoles destruyó los silos que guardaban 60 mil toneladas de cereales para China, Ucrania movió ficha en el tablero de la diplomacia y envió a Pekín a su viceministro de Comercio, Taras Kachka, el primer funcionario ucranio de alto nivel en visitar Pekín desde que empezó la guerra, que logró este viernes que su contraparte, Ling Ji, hiciera declaraciones que poco habrán gustado en el Kremlin.

China está dispuesta a aumentar las importaciones de productos de alta calidad procedentes de Ucrania, y Pekín quiere trabajar con Kiev para impulsar la cooperación económica y comercial bilateral, así como promover la asociación estratégica, de acuerdo con el comunicado que difundió Ji.

El controvertido Guirkin

Los servicios de seguridad de Rusia detuvieron ayer al antiguo oficial de la inteligencia militar rusa, Igor Guirkin, mejor conocido por su seudónimo Strelkov, reclamado por las autoridades de Ucrania y de Países Bajos, como presunto responsable del derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines en 2014 sobre el cielo del Donbás, cuando era ministro de Defensa de la autoproclamada república popular de Donietsk, por lo cual en noviembre la justicia neerlandesa lo condenó en ausencia a cadena perpetua. La detención de Strelkov no es para extraditarlo, sino parece poner fin a la inmunidad que había concedido el Kremlin a los patriotas indignados, como se autodenominan, hasta que empezaron, al margen de sus críticas, a dar pasos concretos para fundar un movimiento capaz de cambiar las cosas en el país. Strelkov es el segundo personaje de este grupo que pierde la libertad después del arresto hace un par de días del coronel retirado del GRU (Inteligencia Militar), Vladimir Kvachkov.

Al mediodía de ayer, de acuerdo con la esposa de Strelkov, Miroslava Reguinskaya, agentes de los servicios secretos rusos irrumpieron en su departamento y se llevaron a su marido. Según supo más tarde, se le incrimina el delito de extremismo, el mismo por el cual –ironías del destino– está siendo juzgado el opositor Aleksei Navalny, y debido a una denuncia –otra ironía– de un ex mercenario del grupo Wagner.

Strelkov, el más acérrimo partidario de la guerra en Ucrania, país que considera debería ser aniquiliado hasta no dejar piedra sobre piedra, gozaba de cierta inmunidad por sus servicios al prender la mecha de la rebelión en Donietsk y Lugansk. Después del escándalo del avión de pasajeros, derribado por error, como determinó una exhaustiva investigación liderada por Países Bajos y cuyas conclusiones no reconoce Rusia, el Kremlin, tras destituirlo de todo cargo y trasladarlo a Moscú, prohibió a Strelkov cualquier participación en el conflicto de Ucrania.

El controvertido personaje se volvió uno de los más duros críticos tanto de la conducción de la guerra como del grupo de mercenarios Wagner y fundó con otros ex militares marginados el Club de Patriotas Indignados, a partir de un manifiesto, disponible en Internet, que pone en entredicho todos los argumentos oficiales para iniciar la operación militar especial.

Una corte de Moscú dictaminó ayer dos meses de prisión preventiva para Strelkov, bajo el presunto cargo de incitar al extremismo, al tiempo que sus seguidores informaron en las redes sociales que acababa de ser detenido, Pavel Gubariev, el tercer líder de los patriotas indignados.