Trenque Lauquen, parte I
n cine de corte literario, inspirado en una narrativa borgesiana, es marca distintiva de algunas obras de la productora independiente argentina El Pampero. Otra característica es la duración de sus metrajes: 13 horas y media para La flor (2018), de Mariano Llinás; 4 horas 20 minutos para Trenque Lauquen (2022), de Laura Citarella, presentada la primera cinta en cuatro partes; la segunda, en dos. Lo notable es que a pesar de esa duración extensa, las historias propuestas por esta última directora en un guion escrito con Laura Paredes, fluyen con agilidad, están a tal punto imbricadas entre sí y se enriquecen mutuamente a través de flash-backs imaginativos, que los espectadores quedan cautivados por la búsqueda que emprenden dos hombres amantes de una misma mujer, la cual ha desaparecido por voluntad propia, sin que ninguno de los dos personajes masculinos acierte a comprender el porqué de esa aparente huida.Imposible no pensar en la enigmática trama de La aventura (1965), de Michelangelo Antonioni, sobre todo cuando así se titula el primero de los 12 capítulos que integran la película.
Trenque Lauquen (laguna redonda, en habla mapuche) es la ciudad en la provincia de Buenos Aires adonde llegan Rafael (Rafael Spregelburd) y Ezequiel (Ezequiel Pierri) en busca del paradero de Laura (Laura Paredes). Mientras los dos indagan con foto en mano si la gente del lugar la ha visto, a ella se le muestra, en otro plano temporal, concentrada en una doble búsqueda minuciosa y obsesiva: por un lado, en el relevamiento de plantas para ubicar una orquídea pendiente de clasificar; por el otro, en la ubicación de correspondencias amorosas o mensajes ocultos entre las hojas de libros viejos, como uno de la feminista bolchevique Aleksandra Kolontái sobre la emancipación sexual de la mujer.
Hay otras tramas secundarias, amoríos de otros tiempos que destiñen sobre la pareja Ezequiel y Laura como formas de posesión o encantamiento, y entrecruces del pasado y el presente como en un relato inquietante de Henry James (Otra vuelta de tuerca, 1898) o una película de Truffaut (La habitación verde, 1978), director al que Laura Citarella rinde tributo en la forma y en el recurso de una voz en off para adentrarnos en las historias que encadena de modo cautivador y envolvente. En este laberinto narrativo que es la primera parte de Trenque Lauquen, la directora invita al público a hacer intervenir su propia imaginación para encontrar un buen puerto de salida. Un desafío fascinante.
Se exhibe en la sala 10 de la Cineteca Nacional a las 12:30 y 18 horas.