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Nosotros ya no somos los mismos

En contra de cualquier injusticia // Visiones de distintos mundos // Vaticinios noticiosos // Los temas económicos no son tan halagüeños

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▲ Migrantes latinos, especialmente de origen mexicano, se dedican a labores en los campos de Estados Unidos y son un soporte de la economía nacional.Foto Cuartoscuro
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al vez recuerden ustedes que hace algunas semanas acordamos que la columneta debía ser menos monotemática y obsesiva y no pretender agotar un tema al abordar el mismo asunto durante semanas. Que no se trataba de un enjundioso ensayo, sino de un reiterativo llamado de atención sobre un tema importante de los que a veces solemos minimizar o simplemente cotidianizar de tal manera que lo inscribimos en la alcaldía del importamadrismo (CP 0000). Por eso, precisamente, hay tópicos que deben repetirse con la necesaria frecuencia, no para que solamente hagan callo, sino que produzcan una herida social que avergüence, se exhiba purulenta y duela. Por ello, no deben cejar las protestas y los reclamos, sobre todo por abuso de autoridad, sea ésta gubernamental y, por supuesto, también la ocasionada por la prepotencia social, económica, intelectual o religiosa (de todas hay y se ejercen a diario). Hay que afinar la puntería sobre lo que verdaderamente les duele a los llamados, gentilmente, adversarios: sus ganancias y sus creencias. Éstas, les aseguran, que si cumplen con la mínima obligación del pago de los diezmos y primicias, la pasarán bomba, tanto en el reino de este mundo como del otro. Jesús de Nazareth dixit: mi reino no es de este mundo, mi reino no es de aquí, porque según esto las clases sociales no existen en ninguno de éstos y, en el de José Alfredo Jiménez, menos. Él lo dijo claramente: si me preguntan que de dónde vengo, sin duda contestaré: llegué de un mundo raro, tan extravagante y poco concebible que, dentro de éste el principio de coexistencia social (y pacífica) sería sencillo: nadie tiene derecho a lo superfluo mientras alguien carezca de lo estricto. Es más, acumular sin necesidad sería considerado delito y catalogado como: Daños (retención innecesaria y de mala fe) de Bienes Propiedad de la Nación, por lo cual hasta los abogados de Lozoya, Zerón, García Luna, Fox y un larguísimo etcétera, tiemblan por el pánico que les produce la remota posibilidad de que sobre la cabeza de sus defendidos se haga realidad la consigna del derecho romano: Indemnitati republicae satisfacere debere. Ciertamente que el mundo raro de José Alfredo nos obliga a pensar: ¿En verdad los precursores del fentanilo serán cosa de nuestros días? Para respetar la costumbre de que el espacio es finito y el tiempo a saber cuánto dura, tomé la heroica decisión de entramparme a mí mismo y me dije: mí mismo: ahora, a ocho días de la columneta del día 10 del presente, cumplirás con un guion previamente establecido y del cual adelanto las cabezas de cada nota y el nombre del autor, reportero o columnista del mismo. También si es producto de la redacción o de agencia. Un ejemplo es el siguiente: Golpea el hambre a 345 millones de personas en 82 países, autor Alejandro Alegría. No tengo el gusto de conocer a Alejandro, pero estarán de acuerdo en que por esta vez su apellido y el encabezado de su texto no tienen ningún parentesco. Por su parte, Julio Gutiérrez nos brinda dos notas que, como que nos dicen, dónde quedó la bolita: Crecen 7 por ciento ingresos de la banca por comisión de apertura de crédito. El segundo derechazo (en todos sentidos, lo del derechazo) no es precisamente una veraniega noticia: Intereses de tarjetas, nueve veces más altos que tasa del BdeM. ¿Por qué se van, por qué nos dejan los miles de migrantes mexicanos que desde hace tantísimas décadas contra sus deseos dejan su país y se aventuran en Estados Unidos? Braulio Carbajal tiene una respuesta que, aunque dolorosa, es del todo entendible, comprensible, inobjetable. Algunas de las rendiciones de cuentas de instituciones bancarias del primer mundo nos ayudan a la comprensión y nos incitan a preguntarnos: ¿será de verdad otra locura tropical pensar en que México tenga un banco nacional no sólo de nombre?