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Foro de la cineteca

Vera

U

na de las realizaciones más emotivas de la dupla de documentalistas Tizza Covi (italiana) y Rainer Frimmel (austriaco) fue La pivellina (2009), historia de la búsqueda que emprenden un adolescente y sus compañeros de un circo para dar con el paradero de una madre que ha abandonado en un parque a su hija de dos años. Años después, ese mismo joven protagoniza en Mister universo (2016) a un domador de fieras que parte en busca de un viejo ícono circense con la convicción de que encontrarle habrá de darle buena suerte y cambiará su vida. Como contrapunto de estos dos relatos esperanzadores, los dos cineastas presentan ahora en Vera (2022), híbrido de documental y ficción, el relato agridulce que evoca el destino y avatares de Vera Gemma, una figura de la farándula italiana, mujer de cincuenta y dos años, rubia de físico exuberante, vestimenta entallada, escote generoso y un obligado sombrero texano, cuya mayor distinción social o tarjeta de presentación es ser hija de una leyenda popular del cine italiano, el ya fallecido y apuesto actor Giuliano Gemma, protagonista de numerosos espaghetti westerns, pero también de alguna cinta de Luchino Visconti o de Valerio Zurlini.

Lejos de ser esa prestigiosa filiación una ventaja, Vera la vive como un contratiempo y a veces como una calamidad. No sólo la figura del padre ha opacado su accidentado paso por la sociedad del espectáculo, con su físico a medias desmejorado por cirugías plásticas poco afortunadas, sino también su talento de actriz el cual se reduce a un viejo desnudismo juvenil ya irrepetible, Blancanieves travestida de bruja, alguna aparición fílmica en cintas de su amiga Asia Argento, o un historial de fallidas aventuras amorosas con galanes oportunistas, como su novio Gennaro en la película, quien sólo busca utilizarla para entrar en contacto con Monica Bellucci. Vera Gemma posee una vulnerabilidad y una gracia de adolescente prolongada que la emparenta con el personaje pintoresco y frágil que interpreta Giulietta Massina en Las noches de Cabiria (Federico Fellini, 1957). Ciertamente de tanto infortunio social sale Vera bien librada, tal vez incluso redimida, por un accidente automovilístico en el que un niño (Sebastian Dascalu, notable) sale lastimado, volviéndose ella su protectora y de paso también la amante de Daniel (Daniel de Palma), su padre proletario. Resulta revelador o irónico que de Giuliano Gemma, el emblema Ringo del western europeo de los años sesenta, haya surgido esta extravagante leyenda urbana que es su hija Vera. Su historia es imperdible.

Se exhibe en la sala 8 de la Cineteca Nacional a las 13:45 y 18:30 horas.