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Desde otras ciudades

Ginebra, Suiza, ciudad de la paz

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Silla Rota, la escultura de madera ubicada en Ginebra, Suiza, frente al Palacio de las Naciones Unidas.Foto Alia Lira Hartmann
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a segunda ciudad más grande de Suiza, después de Zurich, la capital, es Ginebra. La rodean los famosos Alpes, lo que transmite un encanto poco comparable. Complementan el paisaje natural, un tanto ensoñador, las aguas del lago de Ginebra, el más grande del país, y el río Ródano.

Bien diseñados caminos con estructuras metálicas o esclusas para nivelar el flujo de las aguas permiten al paseante recorrer la ciudad para ir tal vez a alguno de los numerosos locales gastronómicos alrededor de este paisaje lacustre, o bien al casco antiguo de la urbe con sus románticas y sinuosas callejuelas empedradas, con galerías de arte, cuyos aparadores adornados con flores contribuyen a dar ese toque refinado y romántico.

Al recorrer esta zona algunas placas recuerdan los lugares habitados por ilustres personalidades, como el escritor argentino Jorge Luis Borges. Numerosos parques y jardines completan este lugar donde el visitante puede gozar de impecables áreas verdes con esculturas de prominentes habitantes de Ginebra, como el sicólogo infantil Jean Piaget.

El idioma oficial aquí es el francés, por su cercanía con Francia. En otras regiones de Suiza también son oficiales el alemán y el italiano.

Al salir del centro de la ciudad, en el barrio internacional se encuentra el edificio de la Cruz Roja y el Palacio de las Naciones Unidas. Frente a la entrada principal del segundo, que es antecedido por banderas de todos los países que integran Naciones Unidas, destaca una enorme escultura de madera, de 12 metros de altura, de una silla con una pata rota. La llamada Broken ChairSilla Rota– fue colocada allí en agosto de 1997.

El contexto bajo el cual se erigió esta obra está enmarcado en la Convención Internacional de Minas Antipersona, que se realizó en Ottawa, Canadá, en diciembre de ese año. En principio se proyectó que fuera exhibida sólo durante tres meses.

El escultor Daniel Berset figura como autor, Louis Gnève fue el carpintero que realizó el trabajo y la concepción original es de Paul Vermeulen, de Handicap International, organización fundada en 1982 para apoyar a las víctimas de guerra que han sufrido mutilaciones por las minas antipersona.

El siguiente texto está inscrito en una placa de metal al pie de la escultura en francés, alemán, italiano, inglés, ruso, chino y árabe.

Broken Chair encarna la fragilidad y al mismo tiempo la fuerza, el desequilibrio, la estabilidad, la brutalidad y la dignidad. La escultura concebida por Handicap Internacional para convencer a la comunidad mundial de la necesidad de prohibir las minas antipersona (1997) y después las bombas de racimo con submuniciones (2008) representa desde entonces el grito desesperado de las poblaciones civiles devastadas por la guerra.

Broken Chair recuerda a todos los Estados su obligación de proteger y socorrer a la población civil. Nos invita a todos a rechazar lo inaceptable y a actuar para que se respete el derecho de las personas y las comunidades a recibir un justo resarcimiento.”

Alia Lira Hartmann