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Tres segundos, exposición que revela los movimientos internos
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Mutación es una de las 12 obras incluidas en la exposición de Triara Parera, quien define a la pintura como un proceso íntimo porque es solitario.Foto cortesía de la artista
 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de junio de 2023, p. a12

A primera vista la pintura de Triana Parera (Ciudad de México, 1988) podría parecer grotesca, ya que representa al rostro humano alejado de los cánones de la belleza. Parera no se propone incomodar al espectador, aunque reconoce que así sucede, al ofrecer algo que no estamos acostumbrados a ver.

Esta opción de diferencia podría ser, por ejemplo, una mujer con seis ojos, como se ve en el cuadro Mutación, incluido en la exposición Tres segundos, montada en el Museo de la Ciudad de México. ¿Guiños al cubismo? El hecho de ver mucha obra te da ideas. No lo realicé desde la perspectiva del cubismo; sin embargo, son cosas que quedan grabadas en la mente. Lo bonito es que he encontrado la manera de utilizar lo que he visto y explotar lo que me interesa, expresa Parera.

Tres segundos es la primera muestra pictórica individual de Parera. Comprende 12 pinturas, hechas al óleo y al acrílico, que contiene un políptico de seis partes y la instalación transitable Ecpatía, de acrílico transparente de colores amarillo, naranja y rojo. Eso, para divertirse un poco. Pintar para mí es un proceso íntimo porque es solitario. Es trabajo de los últimos dos años.

El conjunto de la obra parte de un comentario sobre cómo nos construimos desde adentro a partir de lo que conocemos y experimentamos, y en qué medida toda esta información hace que nos restructuremos. Los cuadros de Parera reflejan una observación constante de los movimientos internos. Cada día suceden cosas que nos sorprenden y nos mueven. Estos movimientos a veces no los percibimos. En mi proceso pictórico he querido poner atención en estos movimientos que de pronto hacen que empecemos a percibir la realidad desde otro lugar.

Reconoce lo irónico en todo esto, ya que una pintura es algo completamente estático; no obstante, intento que tenga todo el movimiento posible. Es como poner atención en ese momento en el que todo se mueve y cómo representarlo pictóricamente.

Muchas de sus composiciones se desarrollan en un primer plano. Varias contienen un solo retrato. Después, quise incluir más personas dentro del mismo cuadro porque para mí este tipo de procesos a veces se viven gracias al otro. Este tipo de restructuraciones individuales no suceden si no te puedes ver a través de los otros. El particular colorido, producto de una paleta brillante, se convirtió en un juego, una exploración de cómo funcionaban unos colores con otros. Aprendí mucho acerca de los matices, por ejemplo, de cómo introducir oscuridades o luces. Lejos de ser algo que tuviera muy claro desde el inicio, fue un proceso en el que aprendí mucho acerca de las posibilidades del color.

Antes de ingresar a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, Parera hizo estudios de cine, sicología y arquitectura, cuya rigidez le resultó frustrante al ser alguien muy energética. En La Esmeralda le rompieron toda idea que tenía acerca de lo que era el arte. Pensé que me iban a enseñar a esculpir piedra y encontrar salones llenos de pintores. En cambio, dijeron, vamos a pensar. Me encantó, porque empecé a construir una postura acerca de lo que me parecía y lo que no. Comencé a conocer acerca del arte actual, no lo que sucedía en los libros de la antigüedad.

La exposición Tres segundos, de Triana Parera, permanecerá hasta el 3 de septiembre en el Museo de la Ciudad de México (Pino Suárez 30, Centro).