Domingo 25 de junio de 2023, p. 19
Guatemala. Guatemala acude hoy a las urnas en unas elecciones generales sin claro favorito dentro de una veintena de propuestas. No obstante, tres de los candidatos –Sandra Torres, Zury Ríos y Edmond Mulet, todos derechistas– son los que tienen mayores oportunidades de llegar a la presidencia o al menos de pasar a la segunda vuelta.
Unos 9.4 millones de ciudadanos están habilitados para votar por el presidente y vicepresidente de la República, 160 diputados al Congreso, 340 alcaldes y 20 miembros del Parlamento Centroamericano (Parlacen).
Si hoy ninguno de los aspirantes a la presidencia consigue la mayoría absoluta (50 por ciento más uno de los votos), habrá una segunda vuelta el 20 de agosto. Las 24 mil 427 mesas repartidas en 3 mil 837 centros de votación abrirán a las 7 horas locales y cerrarán a las 17.
El padrón consta de 9 millones 361 mil 68 inscritos, que podrán elegir más de 4 mil cargos de elección popular de cara al periodo 2024-2028. Aunque el voto es obligatorio, en la práctica no hay sanciones para quienes no concurran a sufragar.
El Tribunal Superior Electoral admitió 23 fórmulas presidenciales, cuatro más que en 2019. En estos comicios se estrenará un sistema informático de Transmisión de Resultados Preliminares, que arrojó algunos problemas antes de comprarlo y durante un reciente simulacro.
Las autoridades autorizaron a la Junta Electoral Departamental de Guatemala y la del Distrito Central, las dos más grandes, a utilizar sin restricciones un sistema informático alterno para el conteo de votos.
Los datos preliminares comenzarán a salir a partir de las 21 horas y las audiencias de revisión de escrutinios serán del 26 al 30 de junio.
El TSE espera la participación de más de 20 mil observadores nacionales e internacionales; entre ellos, misiones de la OEA y la Unión Europea.
Un amplio sector de la sociedad –45 por ciento– no votaría por ningún candidato, según encuestas, que considera que las élites siguen maniobrando para que no cambie nada, sensación afianzada luego de que la candidatura del favorito, el empresario conservador Carlos Pineda, fuera anulada por el Tribunal Constitucional.
Además de los problemas que asolan al país, como la pobreza y la migración, los comicios se dan cuando la administración de Alejandro Giammattei es acusada de persecución política contra jueces y fiscales contra la corrupción.