Sábado 24 de junio de 2023, p. 8
Washington. Astrónomos detectaron una explosión energética que emana de una antigua galaxia, aparentemente desencadenada por un tipo de destrucción estelar sobre el que se han formulado hipótesis durante décadas, pero que nunca antes se había observado y que podría llamarse muerte estelar por colisión.
Según los investigadores, el estallido de rayos gamma observado podría deberse a la colisión de dos estrellas compactas en un entorno caótico y densamente poblado, próximo a un agujero negro supermasivo situado en el centro de la galaxia de forma elíptica.
Sospechan que las dos estrellas condenadas eran de neutrones, que tienen aproximadamente la masa de nuestro Sol en una esfera del tamaño de una ciudad.
Para explicar el estallido de rayos gamma, tiene que haber sido una estrella compacta, no como el Sol
, explicó Andrew Levan, de la Universidad Radboud, en Países Bajos, autor de la investigación publicada en la revista Nature Astronomy.
Las explosiones de rayos gamma son las más potentes del universo. Liberan más energía por unidad de tiempo que cualquier otro fenómeno cósmico conocido. Por tanto, sus propiedades son realmente superlativas. Su nombre procede del primer tipo de luz que vemos, los rayos gamma, pero en realidad emiten todo el espectro electromagnético
, señaló el astrofísico y coautor del estudio, Wen-fai Fong, de la Universidad Northwestern.
Destrucción
Las inmensas fuerzas gravitatorias ejercidas por el agujero negro del centro galáctico podrían causar estragos, perturbando el movimiento de las estrellas y otros objetos cercanos y aumentando las posibilidades de colisión, algo parecido, según los investigadores, a una demolición.
La mayoría de las estrellas del universo mueren de una forma predecible, basada simplemente en su masa
, indicó Levan. Esta investigación muestra una nueva vía de destrucción estelar.
Las estrellas muy masivas –más de 10 veces la masa del Sol– mueren en una explosión de supernova que deja tras de sí estrellas de neutrones o incluso agujeros negros más densos, cuya atracción gravitatoria es tan fuerte que ni la materia ni la luz pueden escapar. Las estrellas de masa relativamente baja, como nuestro Sol, se hinchan y desprenden sus capas exteriores, transformándose en un resto estelar llamado enana blanca.
Los investigadores utilizaron datos de telescopios en órbita y terrestres para estudiar la explosión en una galaxia situada a unos 3 mil millones de años luz de la Tierra.