Reflexiones de algunas experiencias mexicanas
Construyendo sociedades alternativas para fortalecer el patrimonio biocultural
Muchas comunidades en México se están fortaleciendo para situarse al margen del Estado-Nación del cual son parte. Están consolidando sus capacidades para autogobierno, conformando sistemas propios de democracia directa y participación universal que asegure un nivel mínimo de satisfactores a todos sus miembros. Esto requiere una negociación importante para afianzar su autonomía que a su vez les permite tomar un control efectivo de sus territorios. Lo anterior es posible por una renovada capacidad de recuperar sus tradiciones y los conocimientos acumulados a través de su historia, así como un reconocimiento de la importancia de considerar innovaciones sociales, políticas y productivas que les empoderan y aumentan las posibilidades de atender las demandas de sus integrantes.
Estas dinámicas están respaldadas por una vivificada consciencia sobre la importancia de sus cosmogonías que respalda las iniciativas para retomar la enseñanza de sus lenguas y de sistematizar la conservación de sus conocimientos ancestrales. Esto requiere de una nueva atención a la creación de currículas escolares actualizadas y la incorporación de miembros de la comunidad como personal docente, muchas veces a título voluntario; asimismo, estos procesos promueven la incorporación de adultos mayores en estas actividades, reactivando dinámicas intergeneracionales que refuerzan las iniciativas para recuperar la cultura y la lengua.
En la Universidad Autónoma Metropolitana estamos colaborando con varias de estas comunidades en sus esfuerzos para crear “los nuevos mundos que caben en un nuevo mundo”, necesarios para enfrentar las crisis generadas por las sociedades occidentales. Entre las iniciativas en las cuales estamos colaborando predomina la producción agroecológica por comunidades indígenas y campesinas para robustecer las dietas locales, la producción artesanal de mezcal con una visión de restauración de los ecosistemas donde habitan los agaves, y la diversificación y consolidación de actividades productivas en comunidades indígenas en zonas de montaña y de marismas. En otra línea de actividad, respaldamos los esfuerzos de una muy diversa comunidad periurbana para recuperar su río, devastado por una dinámica urbana que lo trata como canal para desechos y tiradero de escombros; el proceso involucra la participación e integración de niñeces y juventudes que padecen agudos problemas de acoplamiento social, produciendo así nuevas dinámicas comunitarias que se manifiestan en la recuperación de tradiciones culturales y dinámicas de solidaridad, desvanecidas durante los periodos de asentamientos irregulares.
Estos procesos para emprender una variedad de nuevas actividades productivas como parte del afianzamiento de su autonomía y la capacidad de mejorar la calidad de vida de sus miembros, están contribuyendo a transformar su situación en México. Explícitamente se involucran en forjar sociedades que prosperan a las márgenes de la nación. Son sociedades pos-capitalistas que se rigen por sus propios “usos y costumbres” y están aprendiendo a negociar con las instancias gubernamentales para exigir y obtener algunos derechos ciudadanos. Un ejemplo notable de esta dinámica es la historia de Cherán, en la Meseta Purépecha, que ha logrado acreditar un presupuesto directo municipal, después del notable levantamiento incitado por la acción de un grupo de mujeres; en los doce años de esta experiencia han demostrado una capacidad de autogobierno, de generación de solidaridad comunitaria, así como la recuperación de muchas de sus tradiciones y el uso de su lengua nativa.
Otro ejemplo destacado de la construcción de sociedades alternativas es la Unión de Cooperativas Tosepan, en la Sierra Norte de Puebla. Con una orgullosa historia de cuarenta años de construcción organizativa, actualmente involucra alrededor de 45 mil familias, quienes han sentado las bases para implementar su plan de vida para los próximos 4 decenios, creando una base productiva que asegura su capacidad de ofrecer educación y servicios de salud, así como oportunidades culturales y económicas a sus nuevas generaciones. Esta organización está explícitamente comprometida con conservar y enriquecer su herencia indígena, como se refleja en las varias publicaciones disponibles libremente en su sitio de internet.
Lo que vemos en nuestras experiencias de colaboración y de acompañamiento con algunas de estas sociedades es la determinación de recuperar y fortalecer sus culturas originarias como parte de estrategias para asentar sus demandas de autonomía y autogestión. Además, están forjando alianzas entre ellas para la ayuda mutua y para el reconocimiento de sus derechos acordados en la Constitución Nacional y el derecho internacional. De esta manera, México se enriquece a medida que esta diversidad de sociedades muestra sus capacidades para cuidarse a sí mismas y conservar sus territorios. •