Sierra norte de Oaxaca
Sistemas agrícolas y alimentación en comunidades zapotecas
Por muchos años, se ha desarrollado la idea de que la dieta tradicional de las comunidades indígenas es monótona. Estudios recientes han documentado la gran diversidad de especies que las comunidades indígenas consumen, demuestran que su alimentación cuenta con una diversidad de alimentos y especies nutritivas. Estos sistemas alimentarios están basados en agroecosistemas cuyas prácticas agroecológicas están insertadas en la cultura y donde la familia juega un papel esencial. Las políticas de desarrollo en la alimentación deberían considerar los modos tradicionales de dieta, basados en alimentos disponibles localmente aceptados culturalmente, que se han consumido por mucho tiempo y saben cómo cocinarlos.
El municipio de Juquila Vijanos, Sierra Norte de Oaxaca contiene un mosaico de paisajes que van desde áreas de cultivo, vegetación secundaria, bosque de pino-encino, mesófilo de montaña en orden ascendente altitudinalmente. En las comunidades zapotecas de esta zona los espacios agrícolas tradicionales son la milpa, el café bajo sombra, los huertos familiares, y sembradíos de caña para la elaboración de la panela, que en sus estadíos tempranos son intercalados con cultivos de frijol. Estos sistemas permiten la obtención de recursos para la mantención de sus necesidades energéticas y específicas.
La milpa provee del maíz para la preparación de tortillas que representa la fuente más importante de energía por su aporte de carbohidratos, además que brinda proteínas con aminoácidos importantes para la dieta. Aunado a ello, las especies cultivadas que acompañan el maíz, como las calabazas, frijoles, chiles, y los quelites son ricos en proteínas, minerales y vitaminas. Los cafetales bajo sombra proveen de frutos para la obtención de café en polvo, para preparar la bebida del café con panela, consumida en el almuerzo, comida y cena. En la comunidad también se beben aguas de frutas de temporadas que pueden encontrarse entre los cafetos como naranja, limón, guayaba, mandarina, ciruela, anona, guanábana, piña y papaya. Por otra parte, de los cafetales se obtienen otras frutas como los plátanos, mamey, lima, durazno, níspero, granadas, mango, lima, nanche y algunas frutas silvestres. Las frutas brindan una variedad de minerales, vitaminas, antioxidantes y fibras a la alimentación. Los aguacates y camotes también se obtienen de estos espacios, los primeros aportan grasas saludables, antioxidantes, y los segundos son ricos en carbohidratos principalmente. Los huertos familiares proveen de plantas que le dan sabor a los alimentos como el cilantro, epazote, hierbabuena, orégano, perejil, entre otros. Además de plantas para preparar tés con propiedades medicinales y relajantes: manzanilla, té limón, santa maría y poleo. En los huertos familiares también se encuentran quintoniles, verdolagas, mostaza, chícharos, habas, rábano, lechuga y se cultiva principalmente la cebollina (Allium neapolitanum) que es una planta cuyo bulbo tiene un sabor parecido a la cebolla común. La cebollina es usada para sazonar la mayoría de los platillos como el caldo de frijoles, caldo de pollo, salsa de huevo, caldos de quelites, salsas y tiene un aporte significativo de vitaminas, minerales y antioxidantes.
Existe esta paradoja que en los grupos culturales de países en desarrollo donde se practica la agricultura familiar son precisamente los más vulnerables a sufrir de inseguridad alimentaria y malnutrición. Existen ideas contradictorias acerca de la comida tradicional mexicana, por un lado su práctica busca el arraigo de la identidad, pero por otro está asociada a la pobreza y a los indígenas. La dieta tradicional indígena con la combinación y proporción adecuada de consumo es una buena fuente de nutrientes. La población joven a medida que pueden obtener mayor acceso a recursos económicos, prefiere transitar hacia una alimentación más occidental con el consumo de alimentos modernos, que les permite mostrar un mejor posicionamiento social. En un mundo donde la globalización no solo afecta el área urbana, sino en las comunidades rurales e indígenas con la homogeneización de la alimentación, es vital mirar y aferrarse a lo que nuestro entorno provee. Revalorizar todo el significado que estos espacios agrícolas tienen para la seguridad alimentaria, la nutrición, la preservación de la identidad zapoteca y el arraigo en el territorio. •