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De ser antagónicos, el ex canciller y AMLO forjaron una estrecha relación
 
Periódico La Jornada
Martes 13 de junio de 2023, p. 5

Se conocieron en 1993 en bandos antagónicos: Andrés Manuel López Obrador, a la cabeza de pescadores que reclamaban una indemnización de Pemex; Marcelo Ebrard, como secretario de Gobierno del Departamento del Distrito Federal en pleno salinato gestionando apoyos. Casi tres décadas después, en el gobierno de la Transformación, Ebrard se volvió un hombre clave para López Obrador: como canciller negoció para frenar una de las más furiosas embestidas contra México por la pretensión de Donald Trump de imponer aranceles si no se contenía la migración.

Treinta años en que los azares de la política los fueron unificando en la resistencia y en las luchas, con una relación cada vez más estrecha que llevó a Ebrard a ser representante personal del Presidente en las grandes cumbres globales.

Como canciller, por encargo del tabasqueño gestionó vacunas ante organismos internaciones y creó vínculos con presidentes y líderes mundiales, pues ha compartido escenarios con figuras de la izquierda latinoamericana como Evo Morales o José Mujica, y con presidentes como Vladimir Putin, Xi Jinping, Emmanuel Macron, los estadunidenses Joe Biden y Trump, entre otros.

En pleno auge foxista que arrastró al alza la campaña de Santiago Creel a la jefatura de Gobierno, se registró otro gesto que acercó sus vínculos: Ebrard, candidato del Partido Centro Democrático, declinó a favor de López Obrador, lo que cobró relevancia en una elección que se decidió por estrecho margen.

Fue incorporado al gobierno capitalino como secretario de Seguridad Pública (que entonces designaba y removía el Presidente). Después de un linchamiento de policías federales en Tláhuac, Vicente Fox lo cesó. En la escalada de confrontación con Fox, López Obrador optó por protegerlo, designándolo secretario de Desarrollo Social, con lo que Ebrard compartiría en el gobierno los días del desafuero.

En 2012, un nuevo episodio: las aspiraciones de ambos a la Presidencia no derivó en ruptura, pues Ebrard declinó ante la estrecha diferencia en los resultados de la encuesta.

Con el triunfo en 2018, fue uno de los hombres de mayor confianza del Presidente. Su designación como canciller fue sorpresiva, pues se había anticipado que sería Héctor Vasconcelos.

Su gestión se inauguró con una tensa negociación con Washington ante la amenaza de Trump de establecer aranceles a las exportaciones mexicanas si el país no colaboraba para frenar la migración. Ebrard firmó un acuerdo que significó un cambio de 180 grados en la política de puertas abiertas en materia migratoria que López Obrador había establecido.

México empeñó sus esfuerzos en apretar aún más el control migratorio en un intento por evitar que los flujos llegaran a Estados Unidos. En algunos sectores se criticó el viraje considerando que se había cedido ante la presión de la Casa Blanca.

Ebrard también tuvo que enfrentar la agenda de seguridad y crecientes presiones de la administración de Biden para controlar el tráfico de drogas químicas. Y en paralelo procesar las demandas de México para contener la venta de armas de alto poder.

La crisis global por el covid-19 llevó al canciller, por instrucción de López Obrador, a gestionar a escala internacional la compra de vacunas contra la enfermedad. En ese contexto, también promovió el apoyo para las naciones menos favorecidas.