Lunes 12 de junio de 2023, p. a12
Un entierro infantil prehispánico, un apantle del periodo virreinal temprano y un basurero de finales del siglo XIX y comienzos del XX fueron descubiertos en la zona arqueológica de Tlatelolco, informó ayer el Instituto Nacional de Antropología e Historia en un comunicado.
El hallazgo se dio gracias los trabajos geotécnicos que, a petición del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT), se solicitaron a la Coordinación Nacional de Arqueología por conducto de la Dirección de Salvamento Arqueológico y el Proyecto Tlatelolco, para comprender el asentamiento diferencial del edificio que fuera sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, obra de Pedro Ramírez Vázquez y que ahora ocupa el CCUT.
La arqueóloga al frente de la excavación, Arely Maldonado Luna, señaló que en el punto donde se explora, próximo a la avenida Ricardo Flores Magón, en los 60 su colega Francisco González Ruz reportó un templo-basamento rectangular con escalinata al poniente, similar al Altar-Tzompantli o Templo A, localizado al norte de la zona arqueológica.
El fragmento que se excava, a poco más de un metro de profundidad del nivel del suelo, corresponde a la cima de ese edificio, como lo apunta el acomodo de piedras de basalto y tezontle; un contexto que se salvó de ser afectado por la introducción, relativamente reciente, de tubería hidráulica
, señala la nota informativa.
La investigadora destacó el hallazgo de un entierro infantil en uno de los perfiles del pozo, el cual, posiblemente, corresponde a un individuo femenino, como hace suponer la ofrenda asociada de piezas cerámicas y malacates, cuyo uso en tiempos prehispánicos se vinculaba a actividades de mujeres.
La temporalidad del contexto se ha establecido hacia el siglo XV, ya que el estilo cerámico de una olla, un plato y un par de cajetes es Azteca III Tardío (1400-1521 dC), el de mayor refinamiento en cuanto a la manufactura por los trazos regulares y finos de su decoración, soportes innovadores respecto a piezas de periodos previos, y sus esbeltas paredes
, añade el boletín.
Por la profusión de elementos ofrendados y el lugar de la inhumación, es probable que el infante perteneciera a la élite tlatelolca
, puntualizó Maldonado Luna, y agregó que se espera extender la excavación para recuperar la osamenta completa, cuyo estado de conservación es frágil, y los objetos cerámicos, que serán motivo de una microexcavación para saber si fueron depositados con algún contenido orgánico.
La zona arqueológica de Tlatelolco corresponde a una cuarta parte del recinto ceremonial que se extendía 400 metros por lado, perímetro que incluye al CCUT, de la Universidad Nacional Autónoma de México, por lo que fue necesario intervenir en puntos donde se introducirán barrenos para los análisis de mecánica de suelos. En total se excavaron cinco pozos, de 2 metros cuadrados, y en tres se localizaron vestigios significativos
.
Asimismo, en la anexa Unidad de Vinculación Artística del CCUT, el arqueólogo Javier Laue Padilla detectó un apantle de 40 centímetros de espesor, el cual operó en la época colonial temprana (siglo XVI) y distribuía agua a la población sureña de la ya para entonces república de indios, proveniente de la caja de agua del imperial Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, ubicada a escasos metros de ahí.
El especialista indicó que la reutilización que se hizo en ese tiempo de los materiales de las construcciones prehispánicas, como lajas de basalto y piedras careadas de tezontle en sus paredes, pero cuya tubería es de cerámica, demuestra la adecuación del sistema hidráulico ibérico al que se tenía en el Altiplano Central mesoamericano
.
Un ejemplo más fue el registro de un basurero histórico, al oeste del CCUT y sur de la entrada a la zona, donde se hallaron objetos miniatura, como soldaditos de cerámica y una copa de hueso trabajado. El arqueólogo concluyó que estos limitados fragmentos explorados suman al rompecabezas del devenir de Tlatelolco.