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El libro de los anhelos
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▲ Representación de Flora, diosa de la primavera, las flores y la floración, en el fresco de la Villa Adriana, tesoro resguardado en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, de cuya página web se tomó la imagen.
 
Periódico La Jornada
Sábado 20 de mayo de 2023, p. a12

A donde vayas iré, iremos como dos semillas que se alimentan una a la otra en los campos de lilis. A donde vayas iré, como un velo de aguas vivas, como mi jardín, como nosotros en un lecho escanciado con especias y aromas y tu rostro y tu nombre y tu amor y tu mano izquierda y tu mano derecha y tu cuello y tu boca y tus besos, amada mía.

El Cantar de los Cantares, el Libro de Ruth, el Libro del Eclesiastés, El Libro de las Escrituras. Todo eso, en música.

Recomiendo poner a sonar una de las obras más bellas de muchas eras: Just, de David Lang, a partir del Cantar de los Cantares, en el soundtrack del filme Youth, de Paolo Sorrentino:

Just your appearence / just your speech / just your kisses / and my beloved / and my love / just your left hand / just your right hand / and my beloved / just your mouth / just you are a nineteen miles / just your name / just your love / and my beloved...

El compositor estadunidense David Lang (Los Ángeles, 1957) publica ahora su nuevo disco, The Writings (El Libro de las Escrituras) y completa así, luego de tres lustros de concentración en el tema, una epopeya: poner en música un catálogo de emociones, como él define los textos antiguos que suelen ser catalogados como referencias religiosas, pero en realidad, nos demuestra con su música David Lang, son escrituras que hablan de personas reales y sus emociones, sus anhelos, sus experiencias vitales.

Sus vidas sintientes y pensantes.

Esos textos antiguos, enfatiza Lang, narran experiencias emocionales. Al escuchar The Writings, resulta evidente la intención del autor: hacer sonar esas emociones, lo cual logra: parece música religiosa, es música espiritual y tiene un elevado contenido carnal. Es el canto a la carne y al alma, al anhelo y al pensamiento, al deseo y su consecución.

Todo comenzó en 2005, narra Lang, “cuando escribí una obra basada en algunas líneas del Libro del Eclesiastés, así que la titulé Again (After Ecclesiastes):

the wind blows round, round and
round
it stops, it blows again

all the rivers run to the sea
but the sea is never full
from where the rivers run they run
again

the sun rises, the sun sets
it rushes to where it rises again

El viento sopla y gira, gira y gira / se detiene, vuelve a soplar. Todos los ríos corren hacia el mar / pero el mar nunca se sacia / es por eso que los ríos corren su carrera de nuevo. El sol sale, el sol se adentra / se precipita hacia donde nace de nuevo.

Esa pieza es el comienzo del disco The Writings, a cargo de la Capella Amsterdam y, como su nombre indica, es canto en sí solo, sin acompañamiento instrumental alguno: a cappella.

Está escrita, como todas las seis piezas que acumula el disco, para Coro de Cámara, o Doce Voces Solistas.

Nació en Lang el anhelo de convertir en sonidos lo que leyó con asombro y delectación durante muchos años: el Libro del Eclesiastés, celebrado en festividades para enaltecer la abundancia. Proviene del Antiguo Testamento, sucede al Cantar de los Cantares y sigue al Libro de los Proverbios.

En la Biblia Hebrea, nos ilustra David Lang en las notas al programa del disco, El Libro de las Escrituras está dividido en tres partes: Los Cinco Libros de Moisés, El Libro de Los Profetas y El Libro de las Escrituras (The Book of Writings).

Se sumergió Lang en esas lecturas, y confirmó que Eclesiastés, El Libro de Esther, El Libro de Ruth, El Cantar de los Cantares, El Libro de las Lamentaciones, todos, tienen un punto en común: son profundamente humanos, muy personales. Todos estos libros hablan de personas y las vidas emocionales de esas personas: vida, muerte, valor, amor, acompañamiento, penas. Es increíble, pero algunos de estos libros no mencionan a Dios ni la religión ni la espiritualidad, en absoluto; por el contrario, subrayan todo aquello que es humano en nosotros, lo cual es un valor universal. Una manera de pensar en lo que significan estas escrituras en su conjunto, es que se trata de un catálogo de emociones humanas, que se repiten en la historia de la humanidad sin fin, año tras año tras año.

Sigue David Lang: Pensé que si tomaba de estos textos su lenguaje que se aproxime más hacia los valores universales para ponerlos en música, me posibilitaría establecer mi propio catálogo emocional y de esa manera podría habilitar mi propia escritura en el corazón de estos textos en el tema central: lo humano, la humanidad, lo que somos como humanos.

El segundo track del disco, If I am Silent, proviene de El Libro de Esther:

If I am silent
I cannot think

Y del silencio brotan borbotones: everything I have / everything I am / everything I know / everything I feel.

En el siguiente corte, For Love is Strong, notamos el tono general del álbum: una sensación, apariencia, eco de repeticiones. Nada qué ver con el minimalismo, que es lo primero en que se apresuran a pensar quienes escuchan más de un compás que se repite en una partitura.

Es un efecto buscado por el compositor. De hecho, el último corte es aparentemente el mismo que el inicial, con variantes subrepticias, sorpresivas, insinuadas desde el título: Again (After Ecclesiastes) (Changed Return), y con indicaciones en la partitura para que cada compás, cada cadencia, cada cadena de sonidos, suene siempre diferente aunque conserve su misma apariencia. Algo así como la evolución mental de un cuadro de Escher frente a nuestros ojos, pero ahora en nuestros oídos.

No tengo duda: la mejor pieza del álbum es la 4: Where You Go (After the Book of Ruth): a donde vayas, iré. Por momentos parece que escuchamos una pieza de Guillaume de Machaut, algunos momentos del Ars Nova, incluso la sensación de parentesco nos puede conducir hasta Arvo Pärt.

No es casual que en la creación de estas obras haya estado presente, en los momentos de los estrenos de cada una de estas piezas, Paul Hillier, el creador del coro a capela Theatre of Voices, a su vez intérpretes por antonomasia de las obras sublimes de Arvo Pärt.

Sublime. La pieza titulada Where You Go (I’ll Go With You) se ubica varias galaxias más allá de lo sublime en su escanciamiento de manantiales sonando mansamente, en su hondura hímnica, en su repetición cual mantra, respiración o letanía. Música espiritual, sí, pero música de carne y sangre también. Sangre hirviente, corazón a galope. Y el alma en paz.

El track tercero, For Love is Strong, proviene de El Cantar de los Cantares y es menester mencionar que David Lang leyó con tal atención todos esos libros del Antiguo Testamento, que adquirió la autoridad moral, musical y literaria para crear sus propios textos en aras de la prosodia y de la poesía:

like wine
like oil, pouring
line one who wanders by the flocks
like women
like the lilly of the valleys
like the lilly among thorns
like the apple tree among all other
trees
like two young roes, wich feed among
the lilies
for love is strong
like the mountain of myrrh
like one chain on your neck
like a garden enclosed
like a fountain of gardens
like a veil of living waters
like my garden
like the beds of spices
my only hope is you

Como el vino y el aceite derramados, como alguien que tiene ensoñaciones mientras pace entre rebaños, como dos semillas que se alimentan una a la otra, como las lilis sobre las colinas, como una lili entre espinas, como el manzano que crece acompañado de todos los demás árboles, el amor es fuerte como una montaña de mirra, como la cadena que portas en tu cuello como un jardín encantado, como un manantial de jardines, como un velo de aguas vivas, como nuestro lecho escanciado de especias, así es como mi único anhelo eres tú.

twitter: @PabloEspinosaB

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