Lunes 15 de mayo de 2023, p. 3
Chivas regresó de la tierra de los muertos, venció 1-0 al Atlas (1-1 global) para avanzar, por mejor posición de la tabla, a la semifinal del torneo Clausura 2023. La siguiente fase depara un par de clásicos, uno regional, otro nacional. Tigres contra Monterrey y Guadalajara frente a América.
No hubo tiempo para desperdiciar. Chivas estuvo obligado a buscar el empate global, después del primer duelo donde los rojinegros les anotaron un gol. Volver a casa en una situación comprometida impuso la vocación del todoo nada.
Salir a morir en el territorio enemigo, instalarse en el área rojinegra para buscar el hueco o el descuido por donde empatar y, aun con un marcador igualado, la posibilidad de avanzar por mejor posición en la tabla.
El Rebaño estaba urgido y eso se notó en la cancha. Isaac Brizuela y Alexis Vega como verdaderos dinamos que impulsaron las evoluciones del equipo rojiblanco, pero la premura no lograba horadar la recia defensa de los zorros.
Atlas aguantaba, no porque parecieran dispuestos a resguardar una mínima ventaja, sino porque el embate de Chivas tenía cara de vendaval en una noche donde la lluvia atizó el estadio de Zapopan.
Cuando el Rebaño parecía cerca de lograr el ansiado gol del empate, los rojinegros casi arruinan las expectativas de Chivas. Una gran escapada de Atlas terminó en un remate espectacular de Julio Furch, quien despachó un trazo a poste contrario, una diagonal dibujada con precisión y que era un gol cantado. En ese instante apareció Jesús Orozco de manera providencial para meter la pierna y sacar una pelota que parecía imposible de desviar. Una proeza defensiva que le dio vida a Guadalajara.
Tras ese milagro, Chivas no tenía otro destino que renacer y al minuto 60, en una jugada a balón parado llegó la oportunidad y la aprovecharon. Un tiro de esquina que llegó al área, donde todos saltaron para intentar conectar por el aire, excepto Gilberto Sepúlveda, quien esperó a que la pelota bajara y a un metro del suelo envió con un testarazo para el gol que les dio por fin el empate.
Eso fue la pólvora que necesitaba el partido y Atlas cambió de táctica. Ahora los rojinegros tenían que salir a buscar lo que fuera, una oportunidad de volver a anotar o morir en la aventura.
En el lance Ozziel Herrera tejió una pared sorpresiva y disparó a portería, pero Miguel Jiménez atajó de manera increíble y poco después el poste derecho operó a favor de los rojiblancos. Un final de ritmo vertiginoso y lógica de absurdo.