as vertientes del problema de la emergencia sanitaria, esto es, de la pandemia de covid, se pueden resumir en falta de previsión y prevención anterior, excesivas ganancias de las farmacéuticas y falta de infraestructura y equipo de atención, así como de personal capacitado.
Al inicio del nuevo siglo (2003), la OMS tomó la decisión de exigir a los países tener un plan de emergencia ante posibles pandemias, particularmente de la influenza. México elaboró el plan correspondiente para luego archivarlo. De esta manera, cuando llegó la epidemia de la influenza A H1N1 nadie recordó el plan ni siquiera el doctor Hugo López-Gatell, entonces responsable nacional de epidemiologia.
El tema más escandaloso de la pandemia de covid-19 es el de las altas ganancias de las empresas farmacéuticas Un informe del centro de investigación SOMO de Holanda del inicio de 2023 demuestra que Pfizer, BioNTech, Moderna y Sinovac inflaron los precios a pesar de que recibían dinero público para su investigación y de los Acuerdos de Compra Anticipada (APA) con los países ricos. Según este informe las compañías farmacéuticas recibieron al menos 86 mil 500 millones de dólares a través de estos APA. Estos acuerdos tampoco incluían la congelación de precios de los medicamentos o su comercialización al precio de producción lo que provocó que los precios de las diferentes vacunas escalaron con el tiempo.
Las siete principales empresas farmacéuticas comercializadoras de las vacunas han conseguido exorbitantes beneficios: 90 mil millones de dólares en 2021 y 2022. Pfizer/BioNTech, Moderna y Sinovac encabezan la lista de las compañías con las mayores ganancias en su último ejercicio, muy por arriba de AstraZeneca, Johnson and Johnson y Novavax. El beneficio sobre ventas de las primeras es más de 50 por ciento en comparación con una media industrial de 5 por ciento. Los gobiernos gastaron miles de millones en fondos para apoyar la investigación y el desarrollo de vacunas. Los productores de los biológicos recibieron 5 mil 800 millones de dólares de fondos públicos, siendo el gobierno de Estados Unidos el mayor financiador.
Por otra parte, hay una creciente desigualdad en salud y sólo 23 por ciento de los habitantes de países con ingresos bajos tienen las dosis completas en comparación con cerca de 100 por ciento en las naciones ricas. Esto señala la creciente desigualdad en salud y en el uso de tecnología entre países y dentro de ellos. Si se hubiera vacunado a la población mundial al ritmo de las naciones ricas, se hubieran evitado 9 millones de muertes.
Simultáneamente, los países ricos presionaron junto con las multinacionales para que no se llegara a un acuerdo para la exención de patentes de las vacunas, pruebas diagnósticas y otros tratamientos contra el covid-19 en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC), con base en la cláusula de excepción de productos de la salud pública adoptada en Doha a raíz de la epidemia de VIH/sida en 2001. Esta propuesta fue hecha por India y Sudáfrica con sustento en los Acuerdos sobre los Derechos de Propiedad Intelectual con el Comercio (Adpic).
Seguía teniendo una influencia neoliberal fuerte el proceso de toma de decisiones internacionales durante la emergencia de covid-19. Esto se ilustra con el hecho de que parte del debate se fundó en el concepto de bienes públicos y no en el de los bienes comunes. Puede parecer un simple problema de palabras, pero se relaciona directamente con la concepción del Estado y su papel en la resolución de los problemas de la colectividad. De esta manera, el Estado neoliberal o basado en la economía neoclásica centra su atención en los bienes públicos entendidos como aquellos que no pueden ser propiedad de nadie o excluir a alguien. Los bienes comunes surgen como finalidad del Estado social, que antepone el bienestar de la población o los derechos sociales al mercado por lo que el Estado los costea a través de los impuestos, generalmente progresivos.
Las grandes enseñanzas para México es que a la vez que la pandemia demostró la fragilidad de nuestro sistema público de salud, también aclaró nuestra capacidad de cerrar filas y actuar como un sistema público único. Es sobre esta base que hoy se están federalizando los servicios y cambiando las prioridades y el modelo de atención.
El caso mexicano
Lo positivo: vacunación rápida y casi universal (inmunidad de rebaño), pero a un costo monetario muy alto; funcionamiento público como sistema universal y gratuito; el no-rechazo por falta de aseguramiento; incremento muy rápido de camas, pero con una distribución desigual; creciente conciencia de los medicamentos como elemento de soberanía, agencia latinoamericana de medicamentos. Prácticas.
Lo negativo: debilidad evidente del sistema público de salud, particularmente el de los estados –reflejo de la distribución desigual de la riqueza e impacto mucho más fuerte entre los pobres–; sistema privado, que sólo apoyó en lo más simple contra pago del gobierno; fuerte impacto del anterior desmantelamiento.