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Acortado festejo de la victoria sobre los nazis

Rusia anhela un futuro de paz, libertad y estabilidad, como cualquier país: Putin

El pueblo ucranio, rehén de un régimen criminal, señala // Occidente quiere imponer sus reglas para mantener un sistema de saqueo, violencia y opresión, denuncia el Kremlin

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▲ Soldados rusos desfilan en la Plaza Roja de Moscú, al cumplirse 78 años de la victoria en la Gran Guerra Patria.Foto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 10 de mayo de 2023, p. 25

Moscú. Rusia vencerá en la guerra desatada en su contra, prometió el presidente Vladimir Putin al pronunciar un breve discurso en la Plaza Roja de la capital rusa antes de comenzar el desfile militar con que cada año, desde 1995, se conmemora en Rusia la victoria sobre la Alemania hitleriana en la Gran Guerra Patria, como se denomina aquí a la Segunda Guerra Mundial, cuyo 78 aniversario se cumplió ayer.

De nuevo libran una auténtica guerra contra nuestra patria, pero supimos derrotar el terrorismo internacional, vamos a defender a los habitantes del Donbás y podremos garantizar nuestra seguridad, se comprometió el titular del Kremlin, y añadió que Rusia no tiene pueblos que considere enemigos y hostiles ni en Occidente ni en Oriente y, como la absoluta mayoría de los países del mundo, anhela un futuro de paz, libertad y estabilidad.

Al referirse a su operación militar especial en Ucrania, el mandatario ruso dijo que todo el país se enorgullece de sus héroes, de quienes depende el futuro de nuestro Estado. Está convencido de que el pueblo ucranio vive una catástrofe al ser rehén de un golpe de Estado y del régimen criminal que se instauró, y de sus amos occidentales, para los cuales es simple moneda de cambio para llevar a cabo sus crueles y lucrativos planes.

EU olvida lo que ocurrió con la Alemania hitleriana

Putin, al mismo tiempo, culpó a Estados Unidos y sus aliados de olvidar lo que ocurrió cuando la Alemania hitleriana pretendió conquistar el dominio mundial y desató la guerra en 1939. La ambición sin límites, la arrogancia y la permisividad siempre terminan, a querer o no, en tragedia, indicó.

Enfatizó que cualquier ideología de supremacía es por su naturaleza repugnante, criminal y letal. Y a pesar de ello, las élites globalistas siguen defendiendo su exclusividad, contraponen a las personas y dividen a las sociedades, provocan cruentos conflictos y golpes de Estado, siembran el odio, la rusofobia y el nacionalismo agresivo.

Para Putin, Occidente quiere imponer su voluntad, sus derechos, sus reglas y, en realidad, sólo busca mantener un sistema de saqueo, violencia y opresión. Parece que olvidó a qué condujo la demencial aspiración de los nazis al dominio mundial, quién destruyó ese monstruoso y absoluto mal y quién no escatimó vidas (27 millones de soviéticos) en aras de la liberación de los pueblos de Europa.

Precisamente para subrayar que la victoria se debió al sacrificio de todas las naciones que poblaron la Unión Soviética, el Kremlin supo convencer a siete líderes de repúblicas ex soviéticas –las otras siete parece que se distanciaron de Rusia para siempre– para que vinieran al desfile en la capital rusa.

Su presencia resultó sorprendente por cuanto apenas hace unos días el vocero presidencial ruso, Dimitri Peskov, informó que este año no estaba previsto invitar a jefes de Estado extranjeros al no ser una fecha redonda y al hecho de que quienes vinieron prefirieron no encabezar los actos conmemorativos en sus respectivos países.

Los líderes de Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán –aun asumiendo una posición neutral, salvo Minsk, respecto de las hostilidades en Ucrania– estuvieron ayer en las tribunas de la Plaza Roja y acompañaron a su anfitrión Putin a depositar una ofrenda floral ante la Tumba del Soldado Desconocido, a un costado de las murallas del Kremlin.

En medio de un redoblado despliegue de seguridad en la capital rusa, para prevenir lo que las autoridades consideran riesgo de sabotaje o ataque del régimen de Kiev, similar al que dicen que se produjo con los dos drones derribados en fecha reciente sobre el cielo del centro político de Rusia, el programa de los actos conmemorativos este año tuvo omisiones significativas como la cancelación de la tradicional recepción en el Gran Palacio del Kremlin y la supensión del llamado regimiento inmortal, la marcha multitudinaria por las calles de Moscú en que familiares suelen portar grandes fotografías de sus antepasados muertos en la guerra.

Armas novedosas brillan por su ausencia

El desfile militar duró menos de lo habitual y, a diferencia de ediciones anteriores, el ejército ruso no hizo gala de armamento novedoso, limitándose a mostrar los ya conocidos sistema de lanzamiento múltiple de cohetes Iskander, el misil balístico estratégico intercontinental Yar y un modificado vehículo blindado para infantería Ajmad, que lleva el nombre del gobernante de Chechenia, Ramzan Kadyrov, aunque el locutor que anunciaba los participantes del desfile en la Plaza Roja evitó mencionarlo.

Marcharon cerca de 8 mil soldados (3 mil menos que el año anterior) y se pudo ver un solo tanque T-34 de la época estaliniana con la bandera roja, que abrió la muestra del armamento, pero brillaron por su ausencia los misiles hipersónicos y los tanques T-90M, T-72MZ y T-14 Armata, entre otras modalidades del arsenal ruso. Tampoco hubo exhibición de aviones estratégicos, bombarderos y helicópteros artillados, a pesar de que hizo un excelente tiempo.

En cuanto a las nuevas armas, ya el año pasado las cuentas pro rusas cuestionaban en las redes sociales ¿por qué todas esas maravillas no están en los campos de batalla?, pregunta que, en opinión de expertos, ahora menos querría responder el Kremlin, y la cancelación de la muestra aérea se atribuye al peligro de que la aparición repentina de un dron pudiera provocar un accidente de magnitud sobre la Plaza Roja misma.

Entre el público que asistió por estricta invitación, se informó que cerca de medio millar llegaron especialmente desde el frente en Ucrania y llamó la atención que el locutor, quien nunca mencionó al grupo Wagner ni otros batallones de mercenarios, se refirió a ellos como combatientes de los destacamentos de asalto, siguiendo el ejemplo de los partes de guerra diarios del ministerio ruso de Defensa.

Por cierto, el dueño del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, confirmó ayer que sus mercenarios no abandonarán aún sus posiciones en Bakhmut, la ciudad ucrania que intentan tomar desde hace meses.

No nos iremos de Bakhmut (a las 0:00 horas de este miércoles), insistiremos unos días más, seguiremos luchando y luego ya se verá, informó en un video en su canal de Telegram. Tras decir que el domingo anterior el ejército le prometió enviar todo lo necesario para seguir combatiendo ahí, se quejó de que sólo recibimos 10 por ciento de lo que pedimos.

Y de nuevo acusó a la cúpula militar: nos engañaron de modo descarado y, además, el lunes nos enviaron una orden de combate que dice claramente que el abandono de las posiciones se interpretará como traición a la patria.

Prigozhin volvió a desafiar: si no tenemos municiones, vamos a abandonar nuestras posiciones y nos gustaría que nos respondan quién es el verdadero traidor. Y él mismo respondió: posiblemente sea el que firmó esa orden, en alusión al jefe del Estado Mayor del ejército y comandante en jefe de la campaña en Ucrania, Valeri Guerasimov.