Martes 9 de mayo de 2023, p. 23
Santiago. Al tiempo que la centroizquierda en Chile se relamía las heridas que le dejó la derrota del domingo en la elección de consejeros constitucionales, en la cual la extrema derecha se alzó como gran victoriosa, el oficialismo tuvo que soportar ver cómo empeora su suerte cuando por el ajuste de un resultado perdió un escaño que fue a parar a los ultraconservadores.
Así, el pinochetista Partido Republicano aumentó a 23 su bancada en el Consejo Constitucional de 50 integrantes; mientras en contrapartida la lista de Unidad para Chile, que reúne a comunistas, socialistas y Frente Amplio, se reduce a 16.
Ese cambio está lejos de ser un detalle menor, porque tiene el efecto de que la suma de los 34 consejeros elegidos por las derechas –republicanos más el pacto Chile Seguro (UDI, Renovación Nacional y Evopoli)–, significa que controlan dos tercios del órgano, una mayoría que será dirimente si deben crearse comisiones para resolver controversias.
Los republicanos, que obtuvieron 35.4 por ciento de los sufragios, son contrarios a remplazar el actual texto y si bien matizan cuál será su desempeño en adelante, tampoco ocultan su propósito de refrendar la subsidiariedad del Estado en la economía, la libertad de emprendimiento y lo conservador valórico.
Nosotros creemos que esta Constitución es buena, tiene que tener algunas modificaciones
, dijo su secretaria general, Ruth Hurtado.
También las derechistas UDI, Renovación Nacional y Evopoli están en schock frente al avance ultraconservador, que les arrebató buena parte de su electorado, para reducirla a 21 por ciento de los votos y 11 consejeros.
Conforme el día después
transcurría, la centroizquierda ensayaba explicaciones al golpazo e invocaba una suerte de altura de miras que debería primar para no imponer una visión unilateral.
Si se redacta una Constitución partisana no será representativa de las mayorías nacionales. Esta es una prueba para la política, con mayúscula, porque el diálogo es indispensable para lograr acuerdos y construir este pacto social. Imponer mayorías no permitirá hacerlo
, dijo la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic.
Cristián Fuentes, analista de la Universidad Central, en declaraciones a La Jornada, definió lo ocurrido como una paradoja considerando que hace un año Chile se aprontaba a tener una nueva Constitución, una de las más progresistas del mundo; hoy nos enfrentamos a la posibilidad de no tener una nueva Carta Fundamental o la versión 2 de la de 1980
.
Esperanza de un acuerdo
La única posibilidad de parar aquello, dice, es la esperanza de acuerdo entre el oficialismo y la derecha tradicional algo más moderada.
Fuentes resalta además 21 por ciento de votos nulos y blancos, parte de ellos de cierta izquierda que no confió nunca en el actual proceso.
¿Por qué ocurrió esto? Pareciera que es expresión de rabia contra la clase política y de protesta por los problemas económicos, la migración descontrolada y el aumento del delito. Todo ello en el contexto de una sociedad fragmentada, donde una parte importante es despolitizada y anómica, la cual fue obligada a votar
, explica.
En cuanto al gobierno, añade, se encuentra acorralado políticamente y debe resolver si insiste en las reformas comprometidas, aunque las pierda en el Congreso o negociarlas a cualquier precio
, al tiempo que continuar con el combate a la delincuencia (que está dando resultados de a poco
), atacando la migración irregular (problema muy complejo de resolver
) y fortalecer los planes de ayuda económica a las familias necesitadas, pues la inflación baja a un ritmo lento y las tasas de interés se mantienen altas.
Todo con tres años de gobierno por delante.