Serbia acogió ayer los funerales de algunas de las víctimas de dos tiroteos registrados en dos días esta semana, que dejaron 17 fallecidos y 21 heridos, muchos de ellos menores de edad. Las balaceras del miércoles en una escuela de Belgrado y del jueves en un suburbio al sur de la capital han causado dolor entre la sociedad. Si bien el país está repleto de armas y no es ajena a las situaciones de crisis luego de la guerra de los años 90, en la que se desintegró Yugoslavia. El tiroteo del miércoles fue el primero en la historia moderna del país en un centro escolar. La matanza anterior fue en 2013 cuando un veterano de guerra mató a 13 personas.