San Cristóbal De Las Casas, Chis., Al presentar una síntesis del recorrido que realizó durante 10 días por siete estados del sureste mexicano, los integrantes de la caravana El Sur Resiste afirmaron que las principales afectaciones a los pueblos y territorios en esa región son la imposición de megaproyectos como el Tren Maya, la minería, las presas y los parques eólicos.

Lo anterior fue expuesto al iniciar ayer el encuentro internacional El Sur Resiste, en cuya primera sesión de ponentes, el escritor y activista uruguayo, Raúl Zibechi, afirmó que las autonomías en rebeldía están en crecimiento y en expansión.

Agregó: vemos en toda América Latina un crecimiento de las autonomías, pero no como las institucionales, sino de hechos. Aun en los países en los que hay organizaciones indígenas burocráticas, hay sectores que tienen guardia indígena y son autónomas, defienden su territorio.

Al encuentro que concluirá hoy asisten alrededor de 900 personas de 38 pueblos originarios, así como representantes de 30 países, entre ellos Alemania, Italia, Argentina, Colombia, Venezuela, El Salvador, Costa Rica, Suecia, Suiza y Puerto Rico.

Falso que terminó el ciclo neoliberal en el país

Carlos González, coordinador del Congreso Nacional Indígena (CNI), sostuvo que México está subordinado a Estados Unidos y a las políticas neoliberales que le impone el gobierno de ese país. Es falso que, como dice el titular del Ejecutivo federal, nuestra nación terminó con su ciclo neoliberal de casi 40 años y que esté iniciando una nueva etapa.

Afirmó que la austeridad presupuestal, la economía del Banco de México, el alza en tasas de interés, elemento crucial de la política neoliberal, y de austeridad se han aplicado por lo menos desde el gobierno de Miguel de la Madrid. Dijo que el T-MEC es uno de los cimientos más sólidos de las políticas neoliberales desde hace más de 30 años, un acuerdo con enormes inequidades.

Expuso que en el contexto de la pandemia y pospandemia y en medio de una crisis económica estructural, el gobierno federal impulsó decretos y reformas para militarizar más al país con fines de control social y en favor de la acumulación capitalista.