El autor sitúa El año que nació el demonio en el siglo XVII // En entrevista, reconoció que en su obra le gusta revelar las partes más oscuras de la naturaleza humana
Domingo 7 de mayo de 2023, p. 9
El año que nació el demonio es el título de la novela más reciente del escritor peruano Santiago Roncagliolo (Lima, 1975), thriller histórico ambientado en el siglo XVII, cuya trama entreteje la idolatría, la superstición, la intriga, el crimen y la corrupción, salpicadas de humor negro.
Es un relato motivado por el interés de la figura de la bruja como una encarnación de los miedos masculinos, a partir de haber encontrado un manual de la Santa Inquisición del siglo XV, sobre cómo juzgarlas y procesarlas
, explicó el escritor en charla con La Jornada.
En la novela, publicada Seix Barral, un alguacil novato del Santo Oficio, de nombre Alonso Morales, dará testimonio de la llegada del Maligno, que se hizo carne, huesos y sangre, en la Ciudad de los Reyes, cuando en el convento de Santa Clara una joven novicia dio a luz a una horripilante bestia de dos cabezas, lengua bífida y ocho extremidades
. Morales investiga y se pregunta por qué llegó el demonio a la ciudad.
El nacimiento del siniestro engendro, que desde el principio del relato provoca repulsión y condena, coincide con la aparición de Rosa, quien, según se dice, es capaz de hablar con Dios y con el Diablo, aunque no se sabe si es santa o bruja.
Por tanto, Rosa es investigada por la Santa Inquisición, que no descansará hasta revelar sus verdaderas intenciones, su relación con el demoniaco parto de la novicia, y su relación con los terribles acontecimientos que se desencadenaron luego del inédito nacimiento en dicha ciudad, asolada siempre por la incertidumbre y los malos augurios.
De acuerdo con Roncagliolo, la novela es una exploración de la sociedad virreinal, en la que prima el desprecio a lo diferente, en la que todo lo que ocurre tiene que ser obra de Dios o del demonio; una sociedad en la que las cosas ocurren por voluntad de esas dos fuerzas morales
.
La trama implica desde la corrupción del virrey, pasando por las beatas que dicen hablar con dios y con el diablo, la insurrección de los más rebeldes esclavos cimarrones, hasta las invasiones de los piratas.
Santiago Roncagliolo reconoció que a través de sus obras le gusta revelar las partes más oscuras de la naturaleza y la condición humana.
En el caso de esta novela, se ponen de manifiesto las creencias de un inquisidor, que cree que para obtener la verdad tiene que torturar a un sospechoso, y que lo que hace es por el bien del reino de Dios
. Sin embargo, este novato alguacil del Santo Oficio, conforme investiga, irá descubriendo parte de su historia personal y que no es quien creía.
“Me gusta que los personajes protagonistas de un thriller no sólo se dediquen a investigar, sino que también descubran cosas sobre sí mismos. En este caso, el alguacil de la Santa Inquisición descubre que su condición social no es la que él creía”, comentó Roncagliolo.
En la historia también aparece Jerónima, quien por ser negra no puede ser monja. Sin embargo, canta. La cuestión histórica es que una monja podía ser aceptada si su voz era hermosa, aunque tuviera la piel negra
.
Me interesó explorar los espacios conventuales que no dependían de los obispos y que se convertían en refugios de mujeres liberadas, sexualmente activas, lesbianas o intelectuales; el asunto es que a veces el comportamiento dentro de los conventos era tan escandaloso que se mandaba al ejército para sacar a esas monjas, y ese es el tipo de convento en el que nace, para los inquisidores, el demonio
.
Además del bien y el mal, la novela aborda la culpa, la búsqueda del padre y la expiación. A final de cuentas, escribo historias de terror
, expresó el autor de Abril rojo.
Para Santiago Roncagliolo, en la actualidad estamos volviendo al siglo XVII, época en la que, cuando alguien era sospechosa de ser bruja, se le podía humillar, lapidar o quemar en público. Hoy día, en las redes sociales vemos humillaciones y lapidaciones, metafóricamente hablando, por lo que otro escribe o dice. Hay un sistema que se basa en la idea de que si alguien humilla o lápida a otros, no es malo, porque se siente apoyado por la turba, pues nos rodeamos de gente que piensa como nosotros, y lapidamos en masa, porque nos apoya un montón de gente. Y ese es el argumento de la Santa Inquisición
.