Es el primer venezolano en recibir el Premio Cervantes, uno de los más codiciados en español
Viernes 21 de abril de 2023, p. 4
Madrid. Horas después de haber cruzado los largos pasillos y las inmensas salas de espera del aeropuerto de Madrid, el poeta venezolano Rafael Cadenas hizo su primera aparición pública en la sede de la Biblioteca Nacional, donde habló de poesía, de la importancia de los diccionarios y de la obra de Miguel de Cervantes.
La poesía está en el lenguaje, sobre todo en el lenguaje
, señaló ante los medios de comunicación, en un encuentro en el que también pidió que mejoren lo que he dicho, porque no es lo mismo hablar que escribir. Cuando uno habla siente que le falta algo. En cambio, la escritura no tiene límite
, señaló, a sólo unos días de recibir el Premio Cervantes en una sesión solemne en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.
A sus 93 años, Rafael Cadenas se subió de nuevo a un avión, después de muchos años de no salir de su país natal, Venezuela, y aterrizó en Madrid, donde recibirá el lunes 24 de abril la distinción que lo convertirá en el primer escritor venezolano en obtener uno de los galardones más prestigiosos de la literatura universal y el más codiciado de nuestro idioma.
Él siempre ha sido un viajero empedernido; visitó la capital española muchas veces, varias de ellas para quedarse a vivir durante una corta temporada en la histórica Residencia de Estudiantes, donde también estuvieron en un periodo histórico diferente otros poetas que él admira, como Federico García Lorca, Luis Cernuda, Rafael Alberti o Antonio Machado.
Rafael Cadenas nació el 8 de abril de 1930 en la localidad de Barquisimeto, pequeña ciudad que antes se conocía como Nueva Segovia y donde comienzan los Andes. Desde joven se inclinó por la literatura y también por la política, condicionado por las severas dictaduras que tuvo que sufrir en carne propia y en su pueblo, lo que lo llevó incluso a ser un activo militante del Partido Comunista de Venezuela.
Pero su devoción por la literatura, que fue finalmente lo que marcó su vida, le convirtió en uno de los grandes eruditos del mundo en poetas tan conocidos y a la vez tan complejos como Walt Whitman o Rainer Maria Rilke. Para dar por finalizado su primer encuentro con la prensa en España leyó un poema que escribió sobre Rilke cuando era joven, y en una de sus respuestas, cortas y con pronunciados silencios para reflexionar lo que iba a decir y para dar reposo a las palabras que había dicho, recordó que ese poeta austriaco fue devoto lector de diccionarios para ahondar en el significado y en las etimologías de las palabras, al igual que él mismo, quien se puede pasar días enteros leyendo el diccionario.
Para hablar de lo que ha cultivado durante tantos años, la poesía, Cadenas recordó el título de un libro de María Teresa León, Cervantes, el soldado que nos enseñó a hablar, para luego añadir: “Pienso que la poesía está en el lenguaje de todo lo que escribió Cervantes, y también en la etimología, que me fascina. Ese es otro consejo que les doy: a veces conocer la etimología de una palabra resulta esclarecedor de por qué a veces está la poesía y otras veces no. Pongo el ejemplo de la palabra atónito, que se usa bastante. Uno busca en el diccionario etimológico y significa ‘alcanzado por el rayo’. Ya es una frase que es poética. Pero no hay que olvidar que la poesía está sobre todo en el lenguaje. Además, el centro de la escritura y del poeta tiene que ser la creación”.
Recordó su primer contacto, al menos consciente, con la literatura de Cervantes: “El lenguaje de don Quijote me embriagó desde que tenía 14 años. Unos años después fue cuando propiamente pude leerlo con otra perspectiva y ver que muchas de las expresiones de ese libro son poesía involuntaria. La esencia de la poesía está en todas las demás artes. En el teatro, la pintura, la música... A veces no está en el poema. Hay una frase del Quijote que siempre pasaba a los estudiantes. En el episodio de maese Pedro, su acompañante comienza a hablar de manera muy fina. Entonces, maese Pedro le dice: ‘Llaneza, muchacho, no te encumbres que toda afectación es mala’. Un llamado a la sencillez que leía a los estudiantes. También les decía que no busquen fama. En el poeta, el centro tiene que ser la creación”.
Cadenas habló de esos dos poemas que lo han acompañado durante toda su vida, Derrota
y Fracaso
, que tienen mucho que ver con su forma de ver el mundo, pero también con su entonces militancia activa en la política, con su afán por transformar la realidad. “Es mi poema más publicado y traducido, y me sorprende, porque no es muy alentador, más bien descorazona un poco; siempre me he preguntado por qué a los lectores les gusta tanto; además, ‘Derrota’ no lo escribí ni siquiera como un poema, sino que eran ideas o frases sueltas que yo iba escribiendo y después me di cuenta de que eran un poema”.
Sobre la situación política de su país, Cadenas prefirió no opinar: Como muchos venezolanos, estoy bastante ayuno de información y no quiero ser inexacto
.
Finalmente, el premio Cervantes, autor de libros como Los cuadernos del destierro e Intemperie, sacó de una carpeta azul arrugada de tanto trajín una hoja amarillenta, en la que tenía decenas de poemas y escritos suyos sin publicar, que él mismo reconoció que ha sido por su propia desidia. Eligió uno de los tantos que le escribió a Rilke y lo leyó para finalizar su intervención ante los medios de comunicación, a los que dio las gracias por venir a intimidarme
. A continuación transcribimos su lectura:
Llegue a ti tarde. / Mis amigos te portaban a sol / y a sombra / pero no estaba a punto para / entrar en tu casa. / Ni recibirte en mi yermo. / Necesitaba años de extravío / encuentros que me alentaran / lecturas que me llevaran de la / mano. / No sé a dónde me hubieras conducido entonces / cuando uno es arcilla errante. / Tal vez mi vida hubiera sido / otra / yo andaba lejos de mí / en gestiones ajenas / alucinado por un espejismo tan grande. / Lleno de respuestas / confinado a vivir sin ventanas / ni puertas de salida / ni senderos hacia el bosque. / ¿Cómo podía acercarme a tus poemas si no me veías? / ¿Cómo hubiera podido vislumbrar tu rosa? / Desde aquellas rejas, ¿como iba a oír entonces tu secreta dicción.