Los verdaderos intereses del Poder Judicial // La SCJN contra la 4T // Resistencia al cambio
ué es o qué pretende ser el Poder Judicial? ¿Quién le dijo a los jueces, magistrados y ministros que su tarea era impedir todas las acciones del gobierno?, y por último: ¿qué buscan?
Durante los años de administración de la 4T muy pocas o ninguna de las iniciativas de ley que se proponen desde el gobierno han logrado penetrar una visión sistemática de la autoridad judicial. Los métodos buscan lo mismo, aunque se llamen de diferente forma.
Lo mismo se recurre al amparo –como en el caso de la Ley de la Industria Eléctrica– o los cambios que pretende el gobierno se consideran contrarios a la Constitución, esta vez en lo que toca a la Guardia Nacional.
Y lo peor es que ahora ya no se puede decir que los juzgadores, cualquiera de ellos, actúan obligados por la ley, porque más que el juicio apegado a la Carta Magna, por ejemplo, parece una consigna política que trata de impedir que los proyectos del gobierno prosperen.
Esta situación se interpreta en algunos de los círculos de poder como derrotas del Ejecutivo y se pretende exhibirlo como un ente débil al que la fuerza de lo económico puede derrotar e impedir su función, aunque tal esfuerzo no ha logrado mermar significativamente la popularidad de López Obrador, que resiste también las venganzas de quienes no entienden el accionar de la 4T.
Hoy el asunto se llama Guardia Nacional. Las advertencias que se lanzaron desde la Presidencia de la República y que buscaban con las medidas establecidas en el llamado plan B, vacunar contra la corrupción a los integrantes de la corporación no fueron atendidas por los ministros de la Corte.
Y eso de escuchar las advertencias era casi imposible, y así debió entenderlo López Obrador. Los ministros de la Corte no miraron en los cambios planteados una mejora para la Guardia Nacional y buscaron en las leyes y en su interpretación (la de ellos) la forma de impedir que progresara la idea.
Queda claro entonces que no importa hasta qué punto se presente algún asunto con etiqueta de urgente y necesario para la población si no favorece los intereses de un poder que se resiste a cambiar y que ve en la Presidencia de la República a un enemigo. Por eso, debe quedar en claro que el Poder Judicial no permitirá, hasta donde pueda, que las ideas y los proyectos que emanen del gobierno actual se conviertan en preceptos que pudieran beneficiar a las mayorías, y perdón, pero así no es la democracia.
De pasadita
Ya no es sorpresa lo que sucede en la capital, donde la fiebre de campaña trae a algunos dizque protagonistas de la política de la ciudad a muy mal traer y muy distraídos de sus obligaciones, pero como nadie se los impide se dan vuelo haciendo barbaridades.
Clarita Brugada, ¿aún? alcaldesa en Iztapalapa, y según se dice protegida y apapachada por algún poder menor en el Zócalo, está desatada. Según nos dicen quienes la observan, tiene bajo su control y para su campaña a 5 mil brigadistas que recorren la ciudad haciendo propaganda a su favor.
Y no es todo. Hay, nos dicen, otros mil metidos en las redes sociales tratado de realizar lo imposible: hacer de Clarita una candidata creíble, confiable y ganadora para que compita en la encuesta que deberá hacerse en la urbe para que Morena tenga un candidato o candidata al gobierno de la ciudad.
De todas formas, y aunque coma ansias, la convocatoria para la encuesta aún no se ha emitido ni tampoco el banderazo que supone el arranque de actividades; no obstante, el golpeteo y el apoyo a las supuestas preferidas
ya están en todo su apogeo. Aguas.