El estado de Tlaxcala se corona por una colosal montaña denominada por los habitantes originarios de sus faldas como la Matlalcuéyetl. Esta gran montaña de agua se encuentra amenazada por muchos factores: los talamontes, las sequías y ahora, desde el 2020, por una plaga terrible que consume a los árboles desde sus adentros. Múltiples investigaciones han analizado el problema. Colectivos organizados desde los pueblos más cercanos a sus faldas, alarmados por cómo sus árboles comenzaron a teñirse de café, de un café que auguraba su muerte, han unido fuerzas para exigir la pronta y eficaz acción estatal, o bien federal.
No obstante, han sido anulados sus esfuerzos por la brutalidad e ineficiencia de las autoridades; la burocracia obtusa de los gobiernos ha limitado considerablemente las acciones efectivas. Tuvimos la oportunidad de platicar con miembros del “Colectivo de Saneamiento y Restauración de la Malintzi, de San Pedro Tlalcuapan”, el cual se conforma en su mayoría por mujeres preocupadas por su montaña. Al conversar con ellas, se nos cuestionó sobre la honestidad de nuestras intenciones en relación a nuestro interés de platicar con el colectivo; se aseguraron de que no tergiversaríamos la información proporcionada por ellos, a raíz de experiencias pasadas con medios de comunicación del estado.
Nos compartieron que el escarabajo descortezador es una plaga que ataca a los árboles débiles que se han debilitado por la falta de agua y nutrientes, que a su vez han sido explotados por las autoridades que concesionan a la montaña como si solo fuera un recurso.
Pero ¿qué es Matlalcuéyetl más allá de un territorio para ellos? Una compañera tomó la palabra de inmediato y nos dijo: “Pues para nosotros la montaña significa todo, es como si fuera una gran madre, es un lugar sagrado porque ella nos da todo. Es muy conocido que nos da oxígeno, pero no solo eso, de ella obtenemos hongos, medicina, comida, agua, es muy bondadosa con nosotros y pues tan solo el lugar que pisamos que es un espacio para vivir y un espacio para trabajar que son nuestros terrenos de cultivo. Afortunadamente ella nos ha dado tierras muy fértiles y sabemos que es nuestra montaña de agua, siempre nos han dicho nuestros abuelos que es la montaña de agua y pues justo es ella la que llama a la lluvia. Nosotros sí pensamos que ella está viva, no es como un espacio nada más, sino que es una montaña viva y es una mujer, tiene el alma de una mujer, de una madre, hay historias de personas de la comunidad que la han visto a esa mujer allá arriba. Dicen que es una mujer del color de la tierra como nosotros, morena, de cabello largo, e incluso nos han dicho que hace algunos años se quemó muy arriba la montaña, como en el 96 más o menos y que ella bajó a reclamar al palacio legislativo, con el gobernador, porque decía que le estaban quemando sus faldas y que nadie hacía nada (...) Nosotros tenemos una conexión muy grande y especial con ella, y es una conexión que a veces no entienden muchas instituciones, ellos no saben que cuando nosotros la vemos sufrir, sufrimos con ella. Y que no es que ella nos pertenezca, nosotros le pertenecemos a ella, no es que ella nos necesite, sino que nosotros necesitamos de ella. Entonces es por eso que estamos aquí, que pues de alguna forma nos organizamos para ayudarle un poco con lo que estaba pasando con el escarabajo descortezador y muchas otras cosas que la están haciendo sufrir. Finalmente es poco lo que nosotros hacemos por ella, es lo que nos toca”.
Los y las integrantes del Colectivo señalan que, debido a la ineficiencia y corrupción de las autoridades ambientales, se ha perdido alrededor del 85% del bosque que circunda a la comunidad. De este bosque no solo obtienen alimentos y agua, ya que tienen una relación estrecha con la vida de los árboles, puesto que consideran de suma importancia ir a caminar en el bosque cuando enferman o les acongoja algo. Comparten que, en estas circunstancias, se acercan a la montaña a descargar toda angustia y regresan con una paz incomparable. Su actuar principal como Colectivo en defensa de la montaña, al principio derivó en tequios y faenas. No obstante ha sido fundamental la reforestación de la montaña, aun sabiendo que no se verá su producción de oxígeno de inmediato, pero las generaciones futuras podrán respirar y contar con aire limpio de la montaña.
La formación del Colectivo ha unido a familias, vecinas y vecinos en una lucha comunitaria reconociéndose como agentes activos que apoyan un poco a la montaña, agradecidos con lo mucho que ella nos da. Las acciones colectivas han incentivado a los habitantes de Tlalcuapan a atender otras cuestiones que afectan a la comunidad.
La Matlalcuéyetl está considerada como un volcán dentro del eje Neovolcánico, constituido por agua principalmente. Posee enormes mantos acuíferos que ciñen las faldas de sus 4.420 metros, desplegando a lo largo del estado jagüeyes, lagunas y lagos que hacen del estado un espacio megadiverso y vasto en agua, aunque sometida a un proceso doble de explotación y contaminación, que el día de hoy pone en riesgo catastrófico a los tlaxcaltecas.
Esa es la causa de que los árboles de las faldas de la Malinche lleven años padeciendo la escasez y contaminación del agua, enfermándose, haciéndolos presa fácil de la proliferación del escarabajo. Cientos de investigaciones, artículos, colectivos, ciudadanos y organismos internacionales han alarmado a las autoridades de la compleja situación que provoca una gestión de aguas eco y genocida. Es por ello que el Colectivo de Saneamiento y Restauración de la Malintzi, San Pedro Tlalcuapan, ve con urgente preocupación la iniciativa expedida por diputados y diputadas del congreso del estado, que durante el mes de febrero del 2023 han presentado la Iniciativa con proyecto de decreto por el que se expide la ley para la prestación de servicios de agua potable y saneamiento del estado de Tlaxcala. En su artículo 93 establece: “Es obligación de los Ayuntamientos atender y promover la prestación de los servicios públicos generales que requiera la comunidad. Los Municipios tendrán a su cargo los siguientes servicios públicos: agua potable, drenaje, alcantarillado, tratamiento y disposición de sus aguas residuales”.
A las compañeras y compañeros del Colectivo de Saneamiento y Restauración de la Malintzi, les genera una gran preocupación los términos de dicha iniciativa, debido a que el manejo del agua en la comunidad ha sido siempre un cargo ha sido siempre un cargo que se ha asumido por parte de los vecinos, conscientes de sus necesidades, a través de faenas y tequios, con los que han construido las redes hidráulicas de su pueblo. La participación en el comité comunitario de agua dura un año, al final del cual se tiene que renovar el cargo. La relación que tiene la comunidad con la montaña le permite responder a estos cargos públicos con voluntad y sin afán de lucro. Les alarma saber que esta infraestructura quede ahora en manos de funcionarios públicos gubernamentales que velan por intereses ajenos a la comunidad.
La lucha del Colectivo tiene como objetivo proteger a nuestra madre, la mujer de las faldas de jade, aquella que se veía en los mercados de los pueblos cercanos bajando con su canasto, iluminando a quien la veía, aquella que si insistías en conocerla se presentaba como una gran serpiente de un cuerpo colosal, y si eras fuerte, honesto y confiabas en su bondad, sabía recompensarte con abundancia, mostraba su enorme palacio que se encuentra dentro de la montaña. A esta madre amorosa la hemos herido, ignorado, explotado, olvidado y pide a gritos oír su voz. El Colectivo de Saneamiento y Restauración de la Malintzi de San Pedro Tlalcuapan seguirá luchando y realizado acciones a través de su labor comprometida con el futuro de la tierra y la montaña, velando por su respeto y cuidado. •