Talavera de Tlaxcala: retos y perspectivas tras su reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO
La pasada 14ª sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que se desarrolló entre el 9 y 14 de diciembre de 2019 en Bogotá, Colombia, se reconoció a los procesos de elaboración de la talavera como Patrimonio, quedando inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad con el nombre de “Procesos artesanales para la elaboración de cerámica de talavera de Puebla y Tlaxcala (México) y cerámica de Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo (España)”.
La importancia del nombramiento internacional radica primordialmente en reconocer a los artesanos que mantienen viva esta práctica, pues desde el siglo XVI, tras la llegada de los españoles al nuevo mundo, la técnica ibérica se adapta a las prácticas tradicionales del moldeado de barro que se realizaban en el mundo precolombino, promoviendo con el paso de los años que las familias locales lo incorporaran en sus usos cotidianos, sus economías y, por consecuencia, sus estilos de vida. Es por ello que el conocimiento heredado de generación en generación, promueve un sentido de identidad tanto en las familias productoras como en el territorio. En segundo término, emerge la importancia de mantener los métodos tradicionales de su elaboración, fomentando así la preservación del conocimiento e identidad que proporciona la elaboración de la talavera. Por último, la declaratoria binacional promueve la cooperación entre dos países de distintos continentes -México y España-, ya que es una expresión patrimonial compartida.
Al formar parte de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de UNESCO, se compromete a los Estados miembro a la salvaguardia de los procesos artesanales para la elaboración de la cerámica de talavera. No obstante, como cualquier proceso sociocultural, se enfrenta a una serie de retos y desafíos para poder tener efectos positivos sobre la comunidad, en este caso, el hecho de que se haya llevado a cabo la declaratoria no significa que de manera inmediata tenga impacto sobre el cuidado de la práctica cultural. Por ello, los artesanos esperan que exista un mayor reconocimiento por parte de las autoridades designadas que fortalezca, promueva y proteja el trabajo artesanal de la cerámica. A más de 3 años de haberse realizado la inscripción en la Lista Representativa, existen retos importantes a tratar frente al reconocimiento, entre ellos:
1. Informar de manera amplia a los artesanos.
Una de las características de San Pablo del Monte, Tlaxcala, es la diversidad de talleres familiares de talavera, en los cuales se encuentran desde los tradicionalmente conocidos hasta los nuevos dentro del gremio. Esta amplitud provoca que la información acerca de la declaratoria sea limitada entre los artesanos, e incluso de desconocimiento para varios de ellos, por ello es necesario que las autoridades gubernamentales promuevan campañas de divulgación, ahondando en los temas que conciernen a la declaratoria.
2. Creación de un espacio de representación común.
Es fundamental la creación de un espacio común que reúna a los actores involucrados en la salvaguarda de los procesos artesanales para la elaboración de talavera, es decir, un espacio en el que se encuentren artesanos productores, jahueteros, vendedores, distribuidores, decoradores, académicos, autoridades y público interesado.
3. La generación de un Plan de Salvaguardia específico para Tlaxcala.
Es importante no perder de vista que cada uno de los cuatro espacios que son reconocidos dentro de la declaratoria no comparten las mismas condiciones, por más que se encuentren en el mismo territorio nacional. Para el caso de México, las condiciones entre Tlaxcala y Puebla son distintas; en el caso del estado de Puebla es característica la producción industrializada de talavera, dominada en su mayoría por grandes fábricas que pueden surtir el mercado nacional e internacional, colocándose como el gran referente en materia de producción en cerámica, aunado a ello, se ha consolidado como el referente de este mercado. No obstante, el principal proveedor de esta mercancía es el municipio de San Pablo del Monte en Tlaxcala, en el cual el proceso de elaboración compete a los talleres que basan sus economías familiares en la reproducción artesanal de la talavera.
Este plan de salvaguarda tendría que considerar la protección de los insumos como los bancos de barro locales; generar programas de transmisión y divulgación sobre los conocimientos artesanales en la producción de talavera; apoyos e incentivos económicos y fiscales que permitan a los talleres tener una competencia más leal frente a sus vecinos de Puebla; acompañamiento en el proceso de exportación de sus piezas, este aspecto económico ayudaría a que se mirara el trabajo de talavera como una profesión que permite asegurar el medio de vida.
De lograr superar estos retos, que tampoco son sencillos, podría avanzarse de manera significativa en la protección de esta práctica cultural. Para ello será necesaria la disposición y voluntad por parte de todos los actores involucrados, es importante verse en unidad para enfrentar los retos de manera conjunta.
Pero, así como se mencionan los retos a enfrentar, también es importante no perder de vista las perspectivas que se abren tras esta declaratoria: La posibilidad de mostrar ante el mundo el trabajo de talavera que se realiza en San Pablo del Monte, lo que posibilita la apertura a nuevos mercados para los productores y vendedores, dejando de depender de mercados locales. Esta cuestión brinda la oportunidad de un trabajo mucho más cercano entre las distintas dependencias gubernamentales junto con los practicantes, para buscar un mejoramiento en las condiciones de vida y de trabajo de los artesanos, consolidando un impacto tanto turístico como económico en el municipio.
Construirse con una identidad propia reconocida dentro del gremio con capacidad de negociación y gestión de los problemas que enfrentan, identificándose como un sector amplio que les permite tomar decisiones sobre su quehacer dentro del circuito que compone la cadena productiva de la talavera.
La posibilidad de dimensionar la importancia de sus saberes a través de su trabajo, identificándose como guardianes de su patrimonio y como actores de su propia protección, con la responsabilidad de dar seguimiento en la actualización de los programas y proyectos del plan de salvaguardia que ellos decidan construir.
Sin duda, estos retos y perspectivas son solo algunos de muchos que existen dentro del gremio artesanal de San Pablo del Monte, pero su importancia radica en ponerlos sobre la mesa para que sean objeto de discusión y debate dentro la comunidad, buscando que sea solo el comienzo de una serie de propuestas que permitan consolidar la declaratoria en los procesos artesanales para la elaboración de talavera. •