Madrid. En la caja número 1703 de la bóveda acorazada del Instituto Cervantes se depositó a modo de homenaje póstumo una serie de objetos del poeta Federico García Lorca, quien fue ejecutado en un barranco de Viznar a manos de las huestes fascistas de Francisco Franco el 19 de agosto de 1936, en plena guerra civil española.

En un acto que sirvió para celebrar el Día Internacional de la Poesía, Laura García Lorca, sobrina del poeta granadino y presidenta de la Fundación que lleva su nombre, depositó el legado in memoriam, que incluye la primera edición del poemario Impresiones y paisajes y otros seis libros.

La sede del Instituto Cervantes es un edificio que antes fungía como banco; en sus entrañas hay una inmensa bóveda acorazada con cajas de seguridad donde antes las personas depositaban sus riquezas y objetos de valor, y ahora se ha convertido en la Caja de las Letras. Al transformarse en el Instituto Cervantes, uno de los antiguos directores, Víctor García de la Concha, decidió aprovechar el espacio para crear una nueva tradición: que los escritores que ganaban el Premio Cervantes depositaran un legado secreto y que ellos mismos fijaran la fecha para su apertura.

Desde entonces se han sumado a los legados numerosos escrito-res, artistas, editores y periodistas vinculados con la lengua española.

El actual director del Instituto, el también poeta y granadino Luis García Montero, no ocultó la enorme satisfacción de recibir el legado de uno de los escritores más admirados y queridos de nuestra lengua: García Lorca y Miguel de Cervantes son los dos nombres más internacionales de la cultura literaria española, así que es un honor que un dramaturgo y poeta excepcional entre en la Caja de las Letras para representar la lectura del pasado como compromiso de futuro.

Tras recitar uno de los poemas del libro Poeta en Nueva York, García Montero aseguró que íntimamente lírica, la palabra de García Lorca es comprometida y un punto de referencia para todos nosotros.

En cuanto al texto que depositó Laura García como legado, Impresiones y paisajes, dijo que fue el primer título publicado por García Lorca y lo escribió inspirado en los viajes que realizó por España entre 1916 y 1917, en los que registra cómo conoció al otro gran poeta de su generación, Antonio Machado.

Se depositaron otros seis libros, no de autoría de García Lorca, pero que tienen que ver con su vida y con su familia. Su sobrina explicó que la intención es relatar la importancia que tuvieron en su vida las familias García Lorca y Giner de los Ríos, sobre todo en la difusión de su obra.

Se trata de recordar a su abuelo, Fernando de los Ríos, quien apoyó la carrera literaria del escritor y fue ministro en la Segunda República, enviado como embajador en Washington tras la guerra civil. De él quedó guardada una primera edición de El sentido humanista del socialismo.

Asimismo, fueron obras depositadas las obras Federico y su mundo y Ángel Ganivet: Su idea del hombre, ambos de Francisco García Lorca (hermano de Federico); Los ríos de España, de Gloria Giner de los Ríos, y Cumbres de la civilización española, de Gloria Giner de los Ríos y Laura de los Ríos. Y, por último, el libro Diván del Tamarit, aportado por el Instituto Cervantes y que es una versión del poemario de 1936 que, en una edición manuscrita que reúne poemas de una veintena de poetas contemporáneos de distintas generaciones, entre ellos Luis Alberto de Cuenca, Felipe Benítez Reyes, Martín López-Vega, Aurora Luque o Luisa Castro.