Martes 21 de marzo de 2023, p. 5
Luchadores enmascarados bailan cumbias; pachucos y damas que los acompañan rumbean al costado de un cuadrilátero de lucha libre; espectadores y público hacen el quite luego de tres caídas sin límite de rolas... Así se vivió la peculiar mezcla en el emblemático y ecléctico Salón Los Ángeles, donde la tarde del pasado domingo se llevó a cabo un bailongo en homenaje al emblemático deporte espectáculo, único y popular, en el que se enfrentan el bien contra el mal.
Junto a la pista de baile se instaló el cuadrilátero. Rock y luces para calentar los ánimos de los dos combates de lucha libre que se presenciaron, una individual o otra de parejas.
¡Arriba los rudos!
¡Arriba los técnicos!
, fueron los primeros gritos de batalla de los peleadores y público.
Alaridos, chiflidos, bravos, abucheos, culeros y mentadas de madre iban y venían, desatando aún más la pasión de los aficionados, que pedían otra, otra, otra
, cuando azotaba sobre el ring uno de los enmascarados.
Euros contra Maníaco (por el nombre ya se sabe a qué bando pertenece cada uno) y las parejas Urko y Violencia Jr, contra Ónix y Kumos, fueron los intrépidos guerreros que lucharon a dos de tres caídas.
El Salón Los Ángeles se volvió así una arena de lucha libre, en homenaje a ese espectacular deporte, al que también fueron invitadas algunas de las integrantes del colectivo Musas Sonideras, como Sonido Támara, de San Luis Potosí; Sonido Lunática (Odete Rodríguez), de Puebla; María del Rosario, conocida como La Musa Colombiana; Sonido La Mamazona; Sonido Natali, de Toluca, y Sonido La Dama, entre otras, que un día antes rindieron homenaje en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris a la primera mujer sonidera de la Ciudad de México, Guadalupe Reyes Salazar, La Socia.
Como parte del homenaje en el Salón Los Ángeles se montó una exposición con 20 fotografías captadas por Lourdes Grobet, las cuales se incluyen en su libro Espectacular de lucha libre.
La muestra no sólo es una ventana al mundo de los luchadores y su vida detrás de una máscara; también busca acercar al espectador a un fenómeno social del que se habla mucho y se conoce poco. En las fotografías se muestran diversas facetas de la lucha libre en México, desde el eufórico ambiente que se vive junto al ring, la dureza de los combates y la pasión que genera un deportista del barrio, hasta la singularidad de sus vidas fuera del cuadrilátero
, decía la cédula de presentación.
También hubo venta de máscaras, playeras, llaveros, tazas, gorras, fotografías, sudaderas y juguetes.
Los habituales parroquianos al Salón Los Ángeles continuaron el bailongo al ritmo del Conjunto África, Súper Salsa, Zahori Tropical y Joyce Musicolor.
Miguel Nieto, propietario del salón, explicó en charla con La Jornada que esta se trató de la primera vez que se presentaba un espectáculo de lucha libre en este recinto, que no harían funciones de box, pero que sí repetiría la experiencia del deporte espectáculo, para lo cual ya están buscando permiso para que los niños puedan asistir.